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Mantener bien cuidadas las ruedas de nuestros coches es fundamental para poder conducir con seguridad, pero muchas veces, ya sea por desconocimiento, pereza o porque simplemente creemos que así ahorraremos un par de euros, acabamos descuidándolas.
Los factores que afectan a la duración de nuestros neumáticos son muy variados, y pueden ir desde nuestro modo de conducción a la climatología o el tipo de vehículo que empleemos. Sin embargo, nosotros mismos podemos alargar su vida útil si seguimos una serie de recomendaciones. Y si no nos crees, aquí tienes una lista de consejos elaborada por Goodyear con los que no solo podrás mejorar la duración de tus ruedas, sino también ahorrarte unos buenos euros.
La presión de nuestros neumáticos va disminuyendo con el paso del tiempo, lo que puede ponernos en más de un aprieto en la carretera, ya que afecta a la manera en la que el coche se desplaza. Por ello, debemos asegurarnos de que nuestras ruedas tienen la cantidad de aire necesaria para circular con normalidad.
Estas cantidades suelen encontrarse en el propio manual del vehículo, y pueden medirse tanto manualmente, con un manómetro, como con los sistemas electrónicos de control de presión de neumáticos que ahora llevan incorporados la mayoría de los vehículos. Además, se recomienda que las comprobemos al menos una vez al mes y siempre que vayamos a realizar un viaje largo.
Otra revisión muy sencilla que podemos realizar para mejorar la duración de nuestros neumáticos es examinar periódicamente la banda de rodadura. Esta pieza es la que está en contacto con el suelo y la que mejor nos puede avisar de que ha llegado el momento de cambiar de neumáticos.
Tan solo tenemos que echarle un vistazo. Si vemos que la banda de rodadura tiene algún objeto incrustado o un desgaste asimétrico en el centro o en los bordes, es más que probable que nuestras ruedas tengan algún problema. Además, si la profundidad es menor de 1,66 mm, tendremos que cambiarlas: es un síntoma inequívoco de que ya no funcionan como deberían.
Parece que no, pero los neumáticos se desgastan de manera distinta dependiendo de la posición en la que se encuentren.
Por norma general, aquellos que están situados en la parte trasera se debilitan más que los de la parte delantera. Por ello, siempre y cuando nuestro vehículo nos lo permita, es recomendable que las cambiemos de posición cada cierto tiempo, especialmente si solemos circular a gran velocidad o hacer viajes de larga duración.
Los motivos por los que nuestras ruedas pueden desgastarse de forma desigual son variados, pero muchas veces puede deberse a que están mal equilibrados y alineados.
Si notas que tu vehículo se desplaza hacia cualquier lado, que el volante vibra o que no está bien centrado cuando conducimos en línea recta, revisa tu vehículo. Es más que probable que las ruedas estén mal alineadas, lo que no solo reducirá su vida útil, sino también su efectividad. Así que, no lo dudes: ve a un taller mecánico y compruébalo.
Nuestro estilo de conducción también afecta a la salud de nuestras ruedas. No es lo mismo circular de forma suave, pausada, y evitando las imperfecciones de la carretera que conducir de forma agresiva, dando bruscos acelerones y frenazos e ignorando los baches y grietas del terreno.
Si eres del segundo tipo, tus ruedas se desgastarán mucho antes de lo previsto. Por ello, si quieres alargar su vida útil y, de paso, ahorrar dinero en cambios, plantéate mejorar tu manera de conducir, reduciendo la intensidad y abogando por un estilo más suave y beneficioso.
Es una obviedad, pero cada vehículo y cada conductor tienen unas necesidades concretas. Por ello, a la hora de elegir los nuestros, debemos encontrar aquellos que más se ajusten a los recorridos que solemos realizar y a las prestaciones de nuestro coche.
Un deportivo no es lo mismo que un mini, así que, ya sabes: revisa el manual de tu automóvil para encontrar qué es lo que necesita para circular a toda potencia.
Cuando vayamos a deshacernos de nuestras ruedas, debemos hacerlo de forma responsable para que puedan reciclarse o reutilizarse. De este modo, aunque tú ya no les des uso, puedes contribuir en la economía circular y darles una segunda vida en otro lugar.