El 2021 apunta ser un año con mejores noticias que este. Esperamos poner fin a una pandemia que ha puesto el mundo patas arriba gracias a la vacuna, pero no todo iban a ser buenos datos. El Gobierno está trabajando en un anteproyecto de Ley con el que pretende dar ventajas a las energías renovables para incentivar la transición energética. Y, ¿qué implica esto? Una subida directa del precio de los carburantes tradicionales, entre otras cosas.
Al igual que durante el confinamiento su precio cayó casi un 18% debido a la baja demanda causada por un parón de los desplazamientos terrestres, marítimos y aéreos, esta nueva ley lo que supondrá a nuestro bolsillo es un aumento de considerable en relación con lo que cuesta ahora. "Se podría decir que repostar supondría un encarecimiento de 7 céntimos por litro”, afirma el texto. Teniendo en cuenta que un depósito medio necesita para llenarse unos 50 litros de gasolina, la factura será 3,5 euros más cara que ahora; 4,2 euros extra si hablamos de uno de 60 litros.
No obstante, el Gobierno señala que "los impactos sobre los precios finales de los distintos combustibles dependerán del grado con que los comercializadores puedan optar por repercutir” y el efecto dependerá de cada sector, del grado de competencia local, regional y nacional, los márgenes de las actividades y las estrategias comerciales de los agentes”. Es decir, que, independientemente de la subida, puede que echar gasolina en una estación de servicio u otra siga presentando diferencias importantes, como ocurre en la actualidad.
El ejecutivo quiere sufragar así las más de 60.000 instalaciones de energías renovables que se encuentra en nuestro país. Este aumento de los precios no será solo para los carburantes, también afecta a las empresas comercializadoras de gas natural y electricidad. Sin embargo, el documento especifica que “la creación del fondo tiene un efecto directo sobre el recibo eléctrico, que podrá reducirse, para los consumidores domésticos, al menos un 13% en cinco años gracias a la bajada de los costes fijos".
Si se aprueba la ley entrará en vigor el próximo mes de abril, pero tendrá una implantación progresiva durante los próximos cinco años, con el objetivo de que el fondo ascienda a cerca de 6.400 millones de euros anuales que beneficiarán a las energías limpias, si nos basamos en los datos de este año 2020.
Además de la subida del precio de los carburantes, a partir del 1 de enero se produce un cambio en el sistema de medición de emisiones, uno de los factores determinantes para el impuesto de matriculación. Hasta ahora estaba funcionando el sistema NEDC y y pasa a ser la normativa WLTP la que entra en vigor, que hace unas mediciones de CO2 y consumo más precisas a la conducción real, entre un 20 y un 30% superiores a las actuales. Esto supondrá que hasta el 51% de total de los coches suban de precio al tener que pagar una tasa de la que hasta ahora estaban exentos.
Teniendo en cuenta los modelos más vendidos en nuestro país a lo largo de 2020, un vehículo de 20.000 euros será a partir del 1 de enero unos 1.000 euros más caro. Los coches de alta gama y de gran potencia serán los más afectados por el cambio de criterio en el impuesto de matriculación, lo que incrementaría su valor entre 1.500 y 3.000 euros.