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Es algo más que una moda. Para muchos es un hobbie, para otros es un medio de vida. Invertir en coches clásicos ha dejado de ser algo snob y sólo apto para una élite muy reducida. La globalización, la información, y el amor por los coches antiguos, con historia o no, han hecho que se produzca un auténtico boom en el mundo de las subastas de coches clásicos y en el mercado de coches clásicos de segunda mano. Amigo, entendemos que te lo estés planteando: es tu momento. Por eso, te damos unos consejos básicos para que tomes la decisión correcta. ¡De nada!
Antes de meternos en harina, tenemos que tener muy claro cuál es nuestro límite de inversión. No jugamos la misma liga si queremos sacar a pasear unos pocos miles de euros para comprar un Mazda MX-5 de primera generación, por ejemplo, que si miramos el catálogo de Sotheby’s y apuntamos a marcas como Ferrari, Pagani, De Tomaso, Porsche, Roll’s o Lamborghini. Cualquier cosa con ruedas de esas marcas que tenga más de 30 años costará una auténtica fortuna.
También tenemos que tener claro cuánto tiempo queremos disfrutarlo o tenerlo en el garaje antes de sacar un rendimiento económico por él. No es lo mismo comprarse un VW Golf Cabrio de primera generación (1979 en adelante) para darse unos paseos espectaculares, que hacerse con algo más exclusivo y caro que no vas a tocar por medio a romperlo antes de que pasen unos años y venderlo sacando unos buenos euros.
Salvando estos pequeños grandes matices, podemos afinar un poco y comentarte que, efectivamente, desde hace unos años la inversión en coches clásicos o históricos se ha convertido en algo más habitual de lo que parece y se han dado casos de multiplicar su valor hasta por 400 en pocos años. La clave, como siempre, encontrar el chollo, comprar muy bajo, adecentarlo al máximo sin que te cueste una fortuna, y saber venderlo en el momento y lugar apropiado.
Parece una obviedad, pero cuanto más raro sea el coche, más antiguo y mejor cuidado, más opciones de ganar dinero con él, siempre y cuando no desembolses una fortuna de antemano. Todo lo que haga exclusivo al coche es un plus importante. Ediciones especiales, tiradas limitadas, coches malditos, coches con historia por sus logros en carreras, por sus dueños, por sus accidentes… lo diferente siempre funciona, solemos decir, y en este caso es absolutamente cierto.
Si estás decidido a comprar un coche clásico, tienes que tener en cuenta algunos temas importantes. Está claro que podemos obtener beneficios por ello, pero nada cae del cielo. No sólo tienes que controlar y elegir muy bien la compra y comprobar que está en buen estado y con todo el mantenimiento realizado, sino tener en cuenta que tienes que asegurarlo, y muchas compañías ponen muchas trabas a ello, si finalmente acceden.
Además, puede haber cláusulas que no te van a gustar, como no poder hacer más de equis (5.000) kilómetros al año o, dependiendo del coche, no conducirlo de noche o en condiciones climáticas adversas, y es que la propia tarjeta de inspección técnica lo puede poner así. También la burocracia juega en tu contra. No es nada rápido de hacer y puede superar los 600 euros sin ningún problema.
Sin embargo, no todo es problemático en estas operaciones. Damos por hecho que, a poco que controlemos el mercado, encontraremos buenas opciones de multiplicar nuestro dinero. Además, muchas Comunidades Autónomas tienen exención del pago del impuesto de matriculación para este tipo de vehículos, algo que nos agrada. También la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) se pasa cada más años, y la guinda que corona el pastel de las buenas noticias, es que no tiene por qué cumplir las restrictivas normas de emisiones actuales.
En definitiva, ahora que tienes tiempo, ya no vas a mirar las ofertas de segunda mano como un vulgar comprador más. Si sabes detectar esa joyita oculta que pasa casi inadvertida, te habrás convertido en un inversor de primera en el mundo de los coches clásicos.