Porsche, una de las casas automovilísticas más reconocidas e icónicas del mundo del motor, especialmente en cuanto a deportivos y líneas de diseño de lujo, ha tenido sus colaboraciones a lo largo de los años dentro y fuera del asfalto. Aún así, es muy probable que muchos amantes de motor no sepan que algunos coches que conocen más de lo que creen y que han visto en numerosas ocasiones en la carretera han surgido de una colaboración con la marca alemana. Coches en los que si miras y analizas con detenimiento su diseño podrás encontrar parte de la esencia de Porsche que nunca antes habías detectado. ¿Conocías la historia de alguno?
El primer modelo de esta lista viene de una colaboración patria con Audi. Gracias a Porsche la firma de los cuatro aros comenzó con su línea RS en 1994 con este modelo que ha sido el antecesor de grandes joyas de la compañía. Gran parte de este vehículo se construyó en una de las plantas de Porsche y muchas de sus partes son de esa firma, como los retrovisores o las llantas Porsche CUP que lucía. Sin llevar el sello total, motor y freno pasaron por chapa y pintura para darle el toque Porsche y que de ahí saliese el Audi RS2 Avant.
Quizá este sea uno de los coches más extraños de la lista, pues a simple vista su diseño directamente no tiene nada que ver con ninguno de los modelos de Porsche, pero resulta que sí que tiene algo de su ADN. En los años 80 los soviéticos querían un coche competitivo en el mercado europeo y por eso mismo los ingenieros de Porsche se convirtieron en la mejor opción para mejorar su motor. Si hasta en los 90 corrieron el Dakar con un Samara Proto que en su interior llevaba la tecnología de un Porsche 959.
Probablemente sea una de las sorpresas de la lista, pues la primera generación de este monovolumen, un coche que se ha vendido muchísimo desde su lanzamiento, guardan una gran relación. De esta manera los ingenieros de Porsche fueron los encargados del interior de aquella primera versión del monovolumen por excelencia de Opel, consiguiendo un modelo más que eficaz, así lo ha demostrado el tiempo.
En 1990 surgió uno de los modelos más icónicos de la historia y uno de los Mercedes más representativos de la marca, el Mercedes 500E, una berlina que resulta tener parte de la esencia de Porsche. La unión de ambas marcas tenía un claro objetivo: competir frente al BMW M5 de aquellos tiempos. De esta manera cada firma aportó lo mejor de cada casa. Mientras Porsche se ocupó del chasis y del motor, un V8 con 326 CV, Mercedes puso toda la carne en el asador para pulir detalles y rematarlo con los mejores acabados para lanzar un coche elegante y potente al mercado.
Quien recuerde a aquel primer SEAT Ibiza lo hará con un coche modesto, eficiente y pequeño para moverte con soltura. Un modelo que tuvo un toque por parte de Porsche, pues para hacerlo más eficiente respecto a sus competidores consiguieron que los ingenieros de Porsche desarrollasen los motores de este Ibiza de tal forma que luego el coche lucía un “System Porsche”, dos palabras que decían mucho y llamarían la atención de cualquier comprador.
Puede parecer broma, pero no, este modelo de Renault y Porsche tiene mucho que ver entre sí, y eso que a lo largo de los años te has hartado de ver más de un Clio en la carretera. De esta manera uno de los departamentos de Porsche colaboró en el desarrollo de este coche compacto para dar un salto de calidad frente a su modelo anterior que había sido algo decepcionante entre el público de Renault. Así fue como se consiguió un motor mucho más potente, un V6 de tres litros con 255 CV.