No nos engañemos: aparcar el coche siempre es un suplicio. Si no tienes un lugar fijo donde dejarlo cerca del destino donde vayas la operación se puede convertir en una auténtica pesadilla porque, además, no solamente influye que haya sitio más cerca o no, sino también nuestra propia psicología, nuestra forma de ser particular.
Investigadores de la Universidad de Boston y el Instituto Santa Fe, en Estados Unidos, han determinado que existen tres tipos de 'conductores-aparcadores', cada uno con sus propias características que influyen a la hora de escoger el sitio donde dejar el coche.
"Cuando conducimos hacia un destino popular, con mucha gente, encontrar huecos para aparcar puede ser complicado, ¿dónde deberemos aparcar? ¿Deberíamos aparcar lejos de nuestro destino donde los sitios para aparcar están vacíos y después caminar? ¿Hay que ser optimista y conducir hasta cerca del destino y buscar sitio por allí?", se preguntan los autores del estudio, P.L. Krapivsky y S. Redner.
Con estas preguntas sobre la mesa del estudio, comenzaron a investigar y determinaron que había tres tipos de conductores a la hora de aparcar:
Con esos tres perfiles bien definidos, los investigadores bajaron al terreno para comprobar su teoría, que se puede resumir en el siguiente gráfico
En él, los cuadrados rojos representan el lugar donde finalmente se aparca y los círculos los sitios libres. Así, se puede ver como el conductor manso (a) aparca mucho más lejos del objetivo por el hecho de hacerlo en el primer hueco disponible; el prudente (b), aparca un poco más cerca, al hacerlo en el segundo hueco libre; y el optimista (c), se queda con el parking más cercano al apurar sus opciones y encontrar un hueco en la quinta posición.
De este modo, los investigadores concluyeron que el coste de la estrategia del conductor manso era totalmente ineficiente porque, aun siendo cierto que no pierde tiempo buscando sitio, está muy lejos del punto donde quiere ir finalmente. Para ello dividieron la distancia desde el lugar de estacionamiento hasta el objetivo, más el tiempo perdido en la búsqueda de un lugar de estacionamiento.
"Con esta definición, podemos decir que la estrategia prudente es la que menos coste tiene. Por lo tanto, aunque la estrategia prudente no permite que el conductor aproveche la presencia de muchos lugares de estacionamiento cerca del objetivo, el retroceso que siempre ocurre en la estrategia optimista supera al beneficio de estacionar más cerca del objetivo", concluyen los investigadores.
Así pues, la próxima vez que tengas que aparcar en algún sitio que esté lleno de coches, ya sabes que, según estos investigadores, lo mejor es que aparques en el segundo sitio libre que encuentres, no vaya a ser que te acerques tanto a la puerta que tengas que dar la vuelta unas cuantas veces y, al final, sea peor.