Ha aparecido en los, periódicos, telediarios e informativos de toda Europa. El protagonista también es Upper, tiene más de 45 años, pero en este caso calza ruedas, en concreto cuatro neumáticos, que por fin se han movido de su sitio después de estar inmóviles los últimos 47 años. Hablamos de un Lancia Fulvia de 1962, cuyo dueño dejó aparcado en 1974 y hasta estos días, no movió.
La historia es tan alucinante, que Italia no ha dudado en declarar monumento a este vehículo, que ha rozado el medio siglo estacionado en el mismo lugar sin ser puesto en marcha. Su dueño se llama Angelo Fregolent, tiene ahora 94 años y hace justo la mitad, 47, un día, dejó aparcado su coche delante de casa… y desde entonces no lo ha movido.
La principal excusa con la que ha contado el bueno de Angelo, es que toda su vida ha trabajado en un kiosko de prensa que se encontraba justo al lado de su casa. De ahí que el corto desplazamiento diario lo hiciera a pie y, por eso, no ha tenido necesidad de mover el coche en todo este tiempo, al menos por motivos laborales.
El escenario, casi de cuento, de esta historia, está en Conegliano, un pequeño pueblo del Veneto en el norte de Italia que, aunque parezca mentira, ha pasado a ser un destino turístico insospechado gracias a la presencia de este coche. De hecho Google Maps tenía este vehículo catalogado ya como “Monumento”, por extraño que nos parezca.
Como puedes imaginar, el tiempo no pasa en balde y la carrocería del coche más googueleado de Italia muestra las huellas del día a día. Sin embargo, hay que felicitarse porque, a pesar de que el coche no se ha movido en todo este tiempo, los vándalos de turno no han hecho de este coche objetivo de sus salvajadas y se mantiene realmente bien, algo oxidado, eso seguro, pero sin señales externas de ningún tipo de vandalismo.
La historia ha calado tan hondo en todo el país e incluso fuera de las fronteras italianas, que las autoridades locales, con el permiso del propietario, han decidido reacondicionar el vehículo y exponerlo en un jardín en frente de la casa de su dueño. Para ello, el pasado mes de octubre ya fue subido a una grúa y transportado a dependencias apropiadas para su restauración, aunque antes, ha sido expuesto en el Salón del Automóvil de Padua.
Ahora mismo, el hueco delante de la vivienda de Angelo Fregolent, en el número 7 de la vía F. Zamboni, parece más grande que nunca. Su dueño, junto a su mujer, Bertilla Modolo, 13 años menor, no tardarán en volver a disfrutar de las vistas de su ya mítico Lancia Fulvia, aunque, ahora, ya no lo podrán usar para guardar los periódicos y revistas como hicieron tantos años durante su vida laboral en la prensa diaria.