El verano está al llegar y con él los primeros días de vacaciones que seguro que estás deseando pasar en tu casa de la playa. Incluso se te ha pasado por la cabeza hacer una compra para hacer alguna que otra actividad nueva durante la época estival. Sí, seguro que has pensado en comprarte una moto de agua, y no es de extrañar. Durante años te ha picado el gusanillo tras ver como en las zonas costeras la gente disfruta navegando por el mar con su embarcación.
Comprarte una puede darte esa libertad que buscas y que no tendrías si alquilas una por solo unos cuantos días. Pero claro, hay que tener en cuenta varios aspectos antes de hacerte con la primera que veas y, por supuesto, tener los papeles en regla y una titulación si no quieres que te caiga una buena multa en caso de que te paren las autoridades.
Antes de comprarte cualquier moto de agua hay que saber que es necesario tener un carnet para ello y que existen varios tipos dependiendo del tipo de vehículo que sea. Obviamente se debe ser mayor de edad para conseguir esa licencia, aunque con un permiso paterno a partir de los 16 tu hijo o nieto también podría obtenerlo. El resto es como con los coches, un examen teórico por una parte y después uno práctico.
Ahora bien, hay tres tipos de licencia. La de tipo A es la que más abarca, pues te permite navegar con motos acuáticas que tengan una potencia igual o superior a 110 CV, que son las más potentes. La B es para motos de agua entre 55 y 110 CV, nada mal para aquellos que ya tengan cierta experiencia pero no sean tan profesionales como llevar las de tipo A. Y por último la C, para propulsiones inferiores a 55 CV, ideales para todos los que empiezan y necesitan coger algo de experiencia previa.
Sin embargo, todo aquel que tenga una licencia de Patrón de Navegación Básica (PNB) podrá navegar con cualquier moto de agua. En algunos casos puntuales se puede llevar una moto de agua sin licencia, como por ejemplo en excursiones guiadas en las que los usuarios, por lo general, tienen el primer contacto con ellas y están controlados por supervisores.
Para empezar tienes dos opciones, o comprar una moto de agua totalmente nueva, o una de segunda mano. Ten en cuenta que probablemente solo la uses un par de ocasiones en verano, por lo que saber elegirla en el mercado de segunda mano ahorrándote unos cuantos euros puede ser un punto a valorar bastante. Luego hay que pensar en el tipo de carnet que tienes, pues va a determinar qué tipo de moto acuática es la que puedes comprarte, pues si tienes el permiso B, no te podrás hacer con una para la que es necesario tener la licencia A.
Además, como en cualquier vehículo terrestre, lo mejor es tener siempre un seguro de responsabilidad civil por lo que pueda ocurrir y, como no, debes tener el resto de papeleo en regla. Para ello es necesario que la moto esté matriculada en Capitanía Marítima y tener ambos papeles siempre disponibles por si las autoridades te lo piden en cualquier momento.
Ahora viene la parte más interesante, ¿qué tipo de moto es mejor para ti? Por lo general hay dos tipos: las monoplaza o Jet Ski, o las multiplaza. Las primeras suelen ser las más usadas porque su tamaño es más pequeño, pesan menos y son mucho más manejables. Además, al ser ligeras, si cuentan con un buen motor pueden alcanzar grandes velocidades, y cuanto más aceleración, más nivel de pilotaje se necesita para no perder el control.
Mientras tanto, las multiplaza son mucho más grandes y pesadas, pues algunas tienen capacidad hasta para cuatro personas. Hay que saber manejarlas, pues su mayor robustez hace se requiera cierta experiencia en su conductor, más aún si va acompañado. Ahora que conoces qué dos tipos de motos acuáticas hay, debes plantearte el uso que le vas a dar para saber cuál elegir. Y no olvides el chaleco salvavidas y que el casco siempre es recomendable.
Una moto de agua es como cualquier vehículo terrestre, se necesita un carnet si quieres tener la tuya propia que se adapte a su potencia, con los papeles en regla y debidamente matriculada. Ahora solo te queda elegir cuál te conviene más y si prefieres hacerte con una completamente nueva u optar por una de segunda mano.