La contaminación de los coches de combustión no hace sino crecer, y parece que la normativa al respecto va más lenta que la degradación del planeta. En este casi apocalíptico escenario, lo que hasta ahora parece una moda caprichosa puede aportar su granito de arena para hacer de este planeta un lugar algo más habitable. Se trata de convertir coches clásicos, y por tanto bastante contaminantes, en coches eléctricos. Fuera de nuestras fronteras puedes hacerlo por menos de 3.000 euros y llevar a cabo la transformación de forma satisfactoria en unas pocas semanas.
A partir de ahí, a poco que te enredes, te pones en los 15.000 euros de presupuesto, si quieres más autonomía y eficiencia a la hora de circular con tu coche reconvertido. En cualquier caso, te contamos los pasos necesarios para aportar tu granito de arena a la habitabilidad del planeta y no tener que deshacerte de ese coche en el que tantas aventuras has vivido y que tanto significa para ti. Eso sí, en España la cosa va despacio y las dificultosas homologaciones subirán tanto el presupuesto que igual se te pasan las ganas de ser ecológico.
Parece que lo podrías hacer tú mismo con unas buenas nociones de mecánica, electromecánica y paciencia. No dudamos en que eres un manitas, pero no es tan sencillo como aparenta y, casualmente, a buen ritmo, van surgiendo en todo el mundo empresas que se dedican a estos menesteres con mejor o peor criterio y con resultados bastante aceptables… y con todo tipo de presupuestos. Incluso venden kits para experimentados en la materia que prefieren ser ellos mismos los que aprieten las tuercas. Por si fuera poco, existen empresas, de momento las primeras han surgido en Estados Unidos, que imparten cursos para enseñar cómo se llevan a cabo este tipo de conversiones.
Teniendo claro que hacerlo uno mismo partiendo de cero es más que complicado, nos tendremos que poner en mano de profesionales… o hacer como una docena de estudiantes del colegio San Patricio de Madrid, que con la ayuda de su profesor de Tecnología Industrial transformaron un clásico como el Seat 600 en un coche eléctrico cero emisiones. 150 horas de trabajo de esta docena de jóvenes reparando, reciclando y reutilizando todo tipo de piezas y tornillería dieron finalmente sus frutos.
Los norteamericanos, a pesar de que parece que en Europa estamos más concienciados con el medio ambiente, nos llevan mucha ventaja, y la empresa californiana Zelectric Motors ha sido una de las pioneras en la materia. Su microbús Volkswagen de 1957 se reconvirtió después de un fructífero trabajo en un potente vehículo cero emisiones gracias a dos potentes motores eléctricos que suman 369 CV. Esta empresa ha hecho trabajos fantásticos con el mítico Escarabajo e incluso algún Porsche 356 y 911.
En España la empresa pionera ha sido Elektrun Cars, asociada a otra llamada Ecoche. Sin embargo, los precios de las homologaciones se disparan por encima de los 25.000 euros y en el mejor de los casos el coche debe estar en boxes cerca de seis meses. Las farragosas trabas legales en nuestro país para la homologación de un coche que no va a emitir CO2 a la atmósfera, increíblemente, ponen de manifiesto una vez más que el 'Vuelva usted mañana' de Mariano José de Larra sigue estando vigente en nuestro país por muchos años que pasen.
Materiales y mano de obra están actualmente entre los 10.000 y los 16.000 euros, con lo que la factura final se dispara tantísimo que hace complicado que este tipo de conversiones proliferen en nuestra península.
Hasta que no haya un cambio de normativa y un abaratamiento notable de las homologaciones, España no podrá sumarse a esta moda de manera habitual, una moda que sí prolifera más allá del Atlántico. Elektrun Cars ya ha transformado con éxito un Renault Twingo de 1994 y un símbolo de esta piel de toro que habitamos como es el Seat 127, con gran éxito.
Parece que hay ya un millar de solicitudes de coches tan especiales para nuestra historia como el Renault 4 (latas) o el Citroën Dyane 6, pero mientras la Administración del Estado siga anclada en el siglo XIII y no se encuentre una fórmula para abaratar costes, España, de momento, seguirá a la cola de interesantes iniciativas ecológicas como esta.
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