Una de las grandes preocupaciones a la hora de comprar coche es cuáles van a ser los gastos a posteriori y si vamos a poder mantener el ritmo económico para soportar gastos de combustible, seguro, revisiones, averías, ITV, etcétera. Nosotros nos hemos fijado en nuestros amigos los taxistas para conocer de primera mano cuáles son los trucos que emplean para estirar al máximo el depósito de combustible. Hemos hablado con varios, y todos coinciden en la mayoría de los puntos clave de ahorro. Por algo será.
Cuanto menos revoluciones tenga el motor en funcionamiento, menos combustible necesitará para funcionar. De la misma manera, cambia a bajas revoluciones siempre que puedas. No fuerces tanto como para que el motor se quede muerto, pero en la mayoría de casos a partir de 1.700 revoluciones por minuto engranar una marcha más en sinónimo de ahorro.
No tienen sentido, amén de que, en frío, puede dañar el motor. Y el siguiente consejo vale tanto para parado como para cuando estás en marcha: nunca hundas el pie en el pedal del acelerador. Cuanto más progresiva sea la presión y la ganancia de velocidad, menos gastarás. Es de cajón. Lo mismo que no dejar el motor al ralentí sin motivo. Es un gasto absurdo.
La distancia que guardemos con el vehículo precedente, cuanto más grande sea, dentro de un orden, mejor para aprovechar la inercia y no gastar combustible. Anticiparse es la mejor estrategia, tanto a semáforos que se ponen en rojo, intersecciones con Stop o Ceda el Paso o cualquier cruce. Si nos dejamos llevar, llegaremos al punto de frenada sin perder demasiada velocidad y siendo mucho más eficientes. Es tontería seguir acelerando si sabes que vas a tener que frenar.
Que te quede claro que, cuanto más corres, más gastas. Una velocidad extra de 20 km/h sube el consumo, según los estudios, un 45%. Cuanto más estable y uniforme mantengas la velocidad, tanto mejor. De la misma manera, es mejor bajar pendientes en la marcha más larga que puedas que en punto muerto. Esta última opción gasta combustible, poco, porque es como el ralentí del coche, pero gasta. De la otra manera, si no aceleras, no gastas, y en función de la pendiente, lo mismo ni siquiera pierdes velocidad.
En cualquier situación, hay momentos y acciones que conviene tener en cuenta para ahorrar unas gotas de combustible que, a la larga, se convertirán en litros. Lo primero, el aire acondicionado, sólo lo justo y necesario. También debemos vigilar el peso extra e innecesario que, de manera absurda, solemos llevar en el maletero. Mi padre siempre llevaba una pesada caja de herramientas que nunca utilizó. Incomprensible.
La aerodinámica es algo que a lo que no solemos prestar atención y nos ayuda más de lo que imaginamos a contener el gasto de gasolina. Circular con las ventanillas bajadas puede representar hasta un consumo de un 20% extra. Poner la baca para un viaje y no quitarla por pereza juega doblemente en nuestra contra, por peso y por resistencia al aire, que exige más potencia y, por tanto, más consumo.
El perfecto estado del coche es fundamental, pero para estos menesteres hay que vigilar sobremanera la presión de los neumáticos. Por debajo de lo que indica el fabricante, tienes más superficie de contacto y, por tanto, consumes más combustible. Además, puede llegar a ser bastante peligroso.
Las diferencias de precio son enormes en ocasiones. Ningún estudio ha dicho hasta el momento que los surtidores low cost o de grandes superficies expenden combustible de peor calidad o nocivo para tu motor, siendo su precio sensiblemente más económico.
Por último, y ya fuera de los consejos de ahorrar al volante, pero sí hay que tener en cuenta antes de nada es, a la hora de comprar el coche, ser consciente de nuestras necesidades, saber los kilómetros al año que haces y entender exactamente lo que necesitas. Elegir bien el motor, la potencia, y el consumo, sea gasolina, gasoil, GNC, GLP, eléctrico, híbrido o híbrido Plug-In, es clave para no arrepentirnos cada vez que tengamos que repostar.
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