La vida de Pino dio un giro de ciento ochenta grados en sus cincuenta. Un dengue hemorrágico le dejó varios días delirando al borde de la muerte, pero acabó regalándole una nueva vida. Una nueva vida de modelo senior. Carambolas del destino. Nunca sabes qué suceso adverso supondrá en realidad un revulsivo. “Casi me mata, pero hizo que me liberara de muchísimas cosas”, explica a sus esplendorosos 61 años en el plató madrileño donde hemos quedado para hablar de los hitos que marcaron sus diferentes fases vitales.
“Nunca es tarde”, dice esta canaria. Y pasa a explicar. Por aquel entonces vivía en Bahamas y tuvo que volverse a Madrid: “una nueva picadura de mosquito podría ser letal”. Una vez en España, una de sus dos hijas y su novio fotógrafo le hicieron una sesión de fotos. Un poco para divertirse, por qué no. Esas imágenes acabaron en una agencia de representación y el resto es historia: fue el despegue de su carrera como modelo, que ya ha dado el salto internacional.
“Ahora mismo estoy viviendo esto, tiene todo el sentido: reivindico a una mujer de 60 años que ha decidido disfrutar las ganas de ser ella misma. Con mis arrugas, mis canas, con todo”, explica.
Las imágenes que se suceden en el video nos muestran una vida intensa y llena de cambios que han configurado a la mujer que es hoy (puedes ver detalles en el vídeo de arriba): “La casa de sus abuelos llena de gente” en su infancia, su anhelo de “pertenecer a algo que encontró por primera vez en la adolescencia gracias al grupo de música del que fue cantante y cuando se mudó a Suecia tras casarse. El mundo acabó de abrirse en el momento en el nacieron sus dos hijas y con su mudanza a los Balcanes antes de vivir en las Bahamas.
“Cuando eres más joven te crees inmortal, por eso soy un poquito más previsora ahora”, explica a la hora de hablar sobre el futuro. Sobre cómo se ve veinte años, tarda en responder, pero lo hace contundente: “Haciendo lo mismo y reivindicando a mujeres y hombres que son libres”.