Prácticamente estamos acostumbrados a que a cualquier persona se le caiga el pelo y se quede calvo. Es una característica más que se suma al color de ojos o a la altura. Sin embargo, muchos de los que parecen alopecia preferirían volver a lucir su melena así que no está demás revisar los estudios que se están llevando a cabo. Parece que han descubierto por qué se produce la calvicie y en Uppers nos hemos hecho eco.
Tingxin Jiang y Chengming Chuong, dos investigadores de la Universidad del Sur de California, Estados Unidos, llevaron a cabo un estudio junto a Ji Li, miembro del Laboratorio Estatal de Genética Médica de China, denominado “Muchos caminos hacia la alopecia a través de la regeneración comprometida de las células madre del folículo piloso”.
La alopecia es una manifestación del envejecimiento. Tal como aseguran los tres especialistas, “puede ser causada por una formación defectuosa, una regeneración también defectuosa o una mayor destrucción de los folículos pilosos”. Concretamente, por defectos intrínsecos a las células madre o por factores ambientales extrínsecos.
Para llevar a cabo la investigación se marcaron los folículos pilosos individuales de las orejas de ratones con una proteína verde fluorescente con la finalidad de seguirles con gran facilidad. Comprobaron que “las células madre de los folículos pilosos huían del lugar conforme los ratones envejecían”.
Hasta el momento, la ciencia ha demostrado que el envejecimiento se produce porque las células madre encargadas de reponer los tejidos de nuestro organismo se acaban agotando. Por tanto, también se agota la posibilidad de crear nuevos cabellos. Lo que los científicos han descubierto en el caso de los folículos pilosos es que las células madre no se agotan en ese lugar, sino que a partir de los 20 años, aproximadamente, se desplazan a otras regiones del organismo.
Además, han logrado el aislamiento de los dos genes responsables de que las células madre abandonen el folículo piloso, son el FOXC1 y el NFATC1. Su cometido es "aprisionar las células madre en el bulto". Cuando los investigadores eliminaron deliberadamente ambos genes en ratones, pasados unos 16 meses ya habían perdido el pelo. Por otra parte, pudieron comprobar cómo esas células madre que abandonan los folículos pilosos eran “aniquiladas en seguida por el sistema inmune”.
Después de este estudio, la Revista de Dermatología Investigativa ha publicado nuevas informaciones que se añaden a las anteriores conclusiones. Indican que en la biología del folículo piloso juega un importantísimo papel la dinámica de la longitud de los telómeros. Se trata de del estudio “Dinámica de los telómeros y telomerasa en la biología de los folículos pilosos y sus células madre como modelo para la investigación del envejecimiento”.
El telómero es el final de un cromosoma. Son secuencias repetitivas de ADN no codificante del cromosoma que protegen de cualquier daño. Cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan. Con el transcurso del tiempo, los cromosomas se dañan y las células mueren.
En cuanto a la telomerasa, es la enzima de las células que las ayuda a mantenerse vivas al agregar ADN a los telómeros.
En este último análisis han comprobado que, mientras que la unidad pigmentaria del folículo piloso envejece rápidamente, su componente de células madre epiteliales y su capacidad regenerativa son más resistentes al envejecimiento. En ratones con deficiencia en telomerasa y telómeros cortos muestran mayor encanecimiento y caída del cabello. Sin embargo, aún está por comprobar si esto también sucede en los humanos.