El Mundial de natación que se está desarrollando en Bucarest enmudeció ayer tras vivir un momento de gran tensión cuando la nadadora estadounidense Anita Álvarez, que se encontraba realizado un ejercicio durante la final de solo libre de natación artística, perdió el conocimiento y se quedó en el fondo de la piscina sin reacción alguna. Ha sido su entrenadora, la española Andrea Fuentes, la que rápidamente se ha tirado a la piscina para rescatarla hasta que llegase la asistencia médica.
Gracias a la rápida reacción de Fuentes y la ayuda de un miembro de la organización, lograron sacarla del agua y la nadadora pudo ser atendida por los equipos médicos. Solo unos instantes después, el equipo estadounidense de natación comunicaba que Álvarez se encontraba bien y fuera de peligro.
En una entrevista al programa 'El Larguero' de la Cadena Ser, Fuentes explicaba que no es la primera vez que la nadadora sufre un episodio de ese tipo y que reaccionó rápidamente al ver "que los socorristas no se tiraban al agua porque estaban paralizados. Yo les gritaba desde la otra punta que se metieran al agua ya, pero se quedaron embobados y me he tirado al agua directa hacia ella. Veía como se iba hundiendo y yo nadaba lo más rápido que podía".
"El polo me pesaba 20 kilos", ha reconocido la nadadora, que se tiró con ropa a la piscina. "Cuando llegué a ella vi al socorrista nadando a su ritmo. La cogí y la saqué, pero no respiraba y tenía la mandíbula cerrada y super dura. Le metí dos bofetadas y le grité que respirase. El socorrista la tenía bocarriba, pero en primeros auxilios te enseñan que cuando uno no respira hay que ponerlo de lado", explicó.
"Entiendo que yo soy una deportista olímpica y que puedo nadar más rápido. Él quería hacer su trabajo, pero yo quería sacarla cuanto antes y él me estaba pesando demasiado. Al final la hemos sacado del agua, pero le pusieron bocarriba en la camilla y yo insistía que no estaba respirando y que tenía que girarla. Al cabo de dos minutos es cuándo ha empezado a respirar", ha relatado la nadadora olímpica.
Con el verano, las playas y piscinas se llenan, por lo que es más frecuente que se produzcan ahogamientos, así que hay que tener unas pautas principales claras para salvar a alguien. La fuerza de quien se ahoga juega un papel clave. De esta manera, es importante la técnica de salvamento.
En principio los expertos aconsejan colocarse a la espalda de quien se ahoga, con el brazo por detrás de la axila y la mano tapando su boca si está inconsciente, así se evita que le entre agua mientras lo llevas hasta la orilla, donde los servicios médicos podrán actuar.