El entrenamiento militar está de moda. Desde hace unos años, vemos cómo los jóvenes siguen rutinas imposibles para tener unos cuerpos esculturales y, posiblemente, tu hijo o tu nieto ya haya hecho algunos de estos ejercicios que han copado las redes sociales o quizá se haya apuntado a crossfit, que también tiene su base en esto. Los deportistas de élite también se han sumado en los últimos tiempos a estas rutinas ya que consiguen ganar fuerza, resistencia y capacidad atlética de forma rápida y eficaz, y ahora, tú, serás el siguiente y quizá no en boga de esa perfección que buscabas antaño, sino por los beneficios que tiene para tus dolores de espalda. Te hablamos del TRX, el entrenamiento de los Navy Seals estadounidenses, y por qué debes incluirlo en tu rutina deportiva.
Se trata de un entrenamiento de suspensión, es decir, basado en un punto de anclaje sobre el que se sujeta tu cuerpo, ya sean pies o manos. Al no requerir de mucho espacio ni maquinaria, tan solo dos arneses no elásticos, es ideal para hacerlo en espacios reducidos de ahí que los marines de élite estadounidenses lo hayan convertido en su rutina ideal. Lo bueno del TRX es que se adapta a cualquier condición física, los retos te los vas poniendo tú en base a tus avances y capacidad, y, además, permite ejercitar la musculatura corporal al completo.
Las cuerdas o arneses se pueden anclar a cualquier superficie en altura y la fuerza que ejerzas será contra tu propio peso. Además de potenciar la fuerza, mejora la movilidad, la coordinación y la flexibilidad. También permite que nos estiremos bien y favorece la rehabilitación de determinadas lesiones. En cuanto al consumo calórico de este ejercicio es muy elevado y por eso es un gran aliado si buscamos perder peso. Con este entrenamiento en suspensión se queman hasta 600 calorías por hora.
Se trata de uno de los deportes más completos para trabajar la parte central del cuerpo, lo que entre deportistas se conoce como core y, por lo tanto, está especialmente recomendado para las personas que sufren lumbagos o cualquier tipo de patologías de espalda. El centro de gravedad mientras entrenamos con TRX está situado precisamente encima de las caderas y ayuda a que toda la zona cambie de posición gracias a la activación de toda a musculatura profunda.
Además de mejorar los dolores ya existentes, nos ayuda también a prevenir lesiones como las hernias o protrusiones porque no comprometen en ningún momento la estabilidad de nuestra columna. Evita, por otro lado, la disociación articular, es decir, que si tenemos que realizar un gesto, vamos a realizar el movimiento más puro, sin compensar con otras articulaciones.