En 1994 Miguel Induráin ganaba el cuarto de los cinco Tours de Francia consecutivos que adornan su palmarés. Uno especialmente celebrado porque vino después del batacazo del Giro de Italia, en el que el campeón navarro mordió el polvo por primera vez en los últimos tres años. Sin embargo, en julio Miguelón volvió a ser el mejor y se impuso, con más superioridad que nunca, a lomos de una Vélo Pinarello que ahora se ha puesto a disposición de quien pudiera pagarla en una subasta en internet.
La máquina llevaba 29 años en poder del cántabro Domingo Galarreta. Concretamente desde que su padre le ganó en un sorteo organizado por el banco Banesto, patrocinador del equipo en el que competía el pentacampeón del Tour. En aquella época era costumbre que los equipos regalaran o vendieran las bicis que habían llevado sus corredores durante la temporada. Hoy suelen ir directamente a museos o colecciones privadas.
El afortunado en aquella ocasión fue el padre de Domingo y Carlos Galarreta, quien curiosamente fue ciclista profesional en los 90 defendiendo los colores del Lotus-Festina, Seur o Castellblanch. La reliquia se ha conservado de forma impecable durante todo este tiempo, sin que hiciese un kilómetro más desde que Induráin cruzó la última línea de meta en París.
"La he tenido metido en una caja y está con todos los certificados del banco. La bicicleta está impoluta, perfecta, se ha cuidado y el coleccionista que la quiera se va a llevar una bicicleta que parece que acaba de acabar el Tour de 1994. Pedí a Pinarello que me confirmara que el número de bastidor era de Induráin y me lo certificaron. Tiene todas la garantías", explicaba Domingo a 'Diario de Triatlón'.
La subasta online se ha hecho en la web de Catawiki y se cerró este domingo, sin que de momento se sepa a cuánto llegó la puja. Los expertos habían tasado el valor de la bicicleta entre 50.000 y 75.000 euros, y en la última puja conocida ya estaba en 39.000. Con todo, la familia no ha decidido deshacerse de esta pieza única por motivos económicos, y hablan más de soltar la responsabilidad de tener un objeto de tanto valor en su poder.
"Mi padre, que es el dueño, tiene 92 años, sabemos que tenemos una pieza muy valiosa en casa y eso como que me 'estorba' un poco. Nos angustiaba que alguien se la llevara y la pusimos en un trastero con seguridad. Me da pena, pero lo mejor es que la compre alguien y la exponga donde quiera", ha asegurado en distintos medios.
Se trata de la última bici con cuadro de acero que llevó Induráin, que en 1995 se pasó al aluminio. Cuenta con un grupo Campagnolo y manetas de cambio integradas en las de freno, pedales automáticos y las pegatinas que identifican el nombre del campeón navarro con la bandera de España.