La selección española femenina hizo historia en Sídney al proclamarse campeona del mundo de fútbol en el Mundial 2023 celebrado en Australia y Nueva Zelanda. Nuestras campeonas consiguieron su primera estrella al imponerse en la final del torneo a Inglaterra (1-0) con un tanto de Olga Carmona que ponía el broche de oro al trabajo de una brillante generación de futbolistas, pero, a pesar de la magnitud de la hazaña, su valor en términos económicos no parece ser el mismo que si la hubieran realizado los hombres. ¿Cuánto han ganado las jugadoras por levantar la Copa del Mundo? ¿Y cuánto habría ganado la selección masculina de haberlo conseguido en Qatar? La realidad es que, aunque hay avances evidentes, la brecha salarial permanece.
En el Mundial 2023 la FIFA se comprometió a aumentar los premios en metálico hasta los 152 millones de dólares, lo que equivale a 139 millones de euros, entre las más de 730 jugadores que participaban en el campeonato. Es decir, se ha triplicado la cantidad que se repartió en el Mundial de 2019 y multiplicado por diez la que repartió en 2015. Sin embargo, aún queda lejos de los 404 millones que se repartió en el Mundial masculino de Qatar, en 2022.
En lo que respecta a España, la Federación Española (RFEF) se ha embolsado 3,9 millones de euros tras la victoria de la selección. Gracias al acuerdo alcanzado por el organismo con las capitanas, la selección fue asegurándose a lo largo del torneo las siguientes cantidades: 70.000 euros aproximadamente de prima por cada jugadora al llegar a cuartos de final, unos 150.000 euros por jugar las semifinales y casi 170.000 euros por llegar a la final. Tras la victoria ante las inglesas, cada jugadora se embolsa 248.000 euros por haberse proclamado campeonas.
Estas primas se suman a los 15.000 euros que ha repartido la RFEF para cada jugadora como parte del plan de conciliación y con los que cubre los viajes de sus familiares y personas allegadas.
Pero, aunque las primas para las jugadoras han aumentado desde el último mundial disputado, los hombres de la selección masculina habrían recibido más del doble si hubieran ganado el Mundial de Qatar de 2022, ingresando unos 400.000 euros por hacerse con el título, un 37,5% más.
Los jugadores convocados por Luis Enrique recibieron además una retribución fija por partido cifrada en 25.200 euros por futbolista, algo inalcanzable para las féminas. Por seguir con la comparación, la federación argentina se embolsó 38,5 millones por el título en Qatar y cada uno de los jugadores de la albiceleste ganó 340.000.
La RFEF prometió el año pasado que igualaría los porcentajes de las primas para la selección femenina y la masculina, aunque, como vemos, eso no significa cobrar la misma cantidad porque no generan lo mismo. Las ligas de fútbol y sus clubes generan ingresos principalmente gracias a tres pilares económicos: los derechos de retransmisión, la venta de entradas y otros acuerdos comerciales como los patrocinios. Aunque el fútbol femenino ha hecho progresos en estos tres ámbitos, así se explica por qué existe una disparidad tan grande con el masculino, especialmente en lo que respecta a los salarios.
En España, el salario mínimo de la Primera División masculina para esta temporada es de 186.000 euros anuales, mientras que en la femenina la renta mínima es de 16.000. Según FIFPRO, el 47% de las mujeres no cobran por jugar al fútbol, y solo el 10% tiene un salario digno que le permite subsistir con el deporte.
Si vamos a las grandes figuras, las diferencias son incluso mayores. Alexia Putellas, ganadora de dos Balones de Oro, es la jugadora mejor pagada del fútbol español. Recibe unos 600.000 euros al año, una cantidad que aumenta gracias a los acuerdos publicitarios y extras por objetivos. A años luz, en todo caso, de los 41 millones de euros anuales que factura Leo Messi en el Inter de Miami, sin incluir sus ingresos por publicidad o por sus publicaciones en Instagram.
Está claro que el fútbol femenino está en auge, pero aún queda mucho por hacer para que las diferencias con el masculino en materia económica al menos no sean sangrantes.