Enfrentarse a una operación de cadera o rodilla, frecuente en personas de más de 50 que ya notan como sus articulaciones se ven resentidas, no es tarea sencilla. Más allá de una buena técnica por parte del equipo médico que se ocupa de la intervención quirúrgica, el trabajo del paciente es clave, tanto el previo como el posterior, pues operarse con la zona afectada fortalecida va a favorecer la recuperación posterior, en la que los ejercicios de fuerza son necesarios para mantener tu rodilla o tu cadera fuertes.
Para el proceso de recuperación es necesario contar con el apoyo de especialistas, especialmente de un fisioterapeuta, que guie en la rehabilitación de la zona en la que se ha colocado una prótesis, y eso lo sabe bien, Aleix Gusart Trujillo, autor de libro ‘Más movimiento menos sufrimiento’, fisioterapeuta con un máster en entrenamiento personal terapéutico y especializado en pacientes con dolor crónico.
Él mismo señala que los ejercicios de fuerza son clave para cualquier persona porque sus beneficios son múltiples para cualquier tipo de persona, se tenga la edad que se tenga o dificultades diferentes, pues “solo se tendrán que adaptar algunas cosas y siempre hacerlo de forma progresiva”. Una lista de beneficios bastante extensa:
Tras una operación de rodilla o de cadera a los 50, ¿se puede recuperar bien la fuerza en la zona?
Por supuesto. Y recalco que se debe hacer con un profesional sanitario que esté formado en ejercicio terapéutico para garantizar el éxito.
Si antes no se había ejercitado esa zona, ¿va a ser más complicado recuperar la fuerza?
Exacto, es por ello que debemos entrenar la fuerza para tener una musculatura preparada para lo que pueda suceder, el sistema muscular es el órgano más grande del cuerpo y el que nos protege de agentes externos que puedan suceder.
La cadera y sus dolores se presentan normalmente a mayor edad, ¿qué ejercicios recomendarías?
Ejercicios de fuerza, estiramiento y movilidad. En mi libro hay un programa específico para esta dolencia que funciona muy bien. Partimos de la fase 1, donde el dolor suele ser más agudo; y de ahí a la fase 2, con una serie de ejercicios más enfocados a la fuerza y la movilidad. Tras ello, se finaliza con la fase 3 y una serie de ejercicios de fuerza que consiguen eliminar la dolencia al 100%.