Tradicionalmente, para saber si nuestro estado de salud es bueno lo primero que hacemos es someternos a una analítica o chequeo. Si los resultados determinan que nuestros niveles de colesterol, ácido úrico o azúcar están dentro de unos parámetros normales, nos relajamos y damos por hecho que estamos perfectamente. Sin embargo, estas revisiones, aunque necesarias, no siempre son tan útiles para determinar anomalías clínicas relevantes.
Hay estudios que concluyen que quienes se someten a este tipo de análisis periódicos no enferman ni mueren menos que el resto. En realidad, la mejor forma de prevenir enfermedades no es hacerse más analíticas, sino mejorar nuestro estilo de vida. Serán factores como la dieta y el ejercicio físico, entre otras cuestiones, las que determinen en gran medida nuestra situación y nuestro futuro. Marcos Vázquez, divulgador de salud y creador del popular podcast Fitness Revolucionario, comparte cuatro sencillas pruebas físicas para predecir nuestro verdadero estado de salud a partir de los 50 años.
Caminar despacio se asocia con una mayor mortalidad o riesgo de enfermedad cardiovascular o cáncer a corto plazo, según un estudio científico con casi 35.000 adultos mayores de 65 años. Incluso pequeños aumentos de velocidad ya son eficaces para reducir ese riesgo. Otro estudio en adultos de 45 años predecía igualmente su estado de salud en función su velocidad en ese momento.
Las flexiones son un gran ejercicio para evaluar la musculatura del cuerpo superior. Un estudio realizado entre más de mil bomberos de mediana edad concluyó que el número de flexiones que podían realizar predecía el riesgo futuro de enfermedad cardiovascular. Aquellos capaces de realizar más de 40 flexiones en un único intento presentaban un riesgo significativamente menor de sufrir problemas coronarios durante los diez años siguientes en comparación con los que no eran capaces de hacer más de 10 flexiones durante la prueba.
La fuerza de agarre también es un buen indicador del riesgo de sufrir determinadas enfermedades. Una investigación sueca que analizó los datos de más de un millón de jóvenes entre 16 y 19 años. Quienes obtuvieron peores resultados sufrieron casi un 50% más de mortalidad durante los siguientes 24 años. Otro estudio confirmaba que cada pérdida de 5 kilogramos en la fuerza de agarre se asocia con un 16% de aumento en el riesgo de mortalidad.
Aunque pueda parecer un juego, sentarse sin ayuda de las manos y levantarse del mismo modo está asociado a un menor riesgo de muerte en los siguientes años. Cada vez que necesites ayudarte con una mano, codo o rodilla te restará un punto. Y si pierdes el equilibrio, te resta medio punto más. Más puntuación final significa más años sin sobresaltos en el horizonte. Esta prueba mide a la vez fuerza, movilidad y equilibrio, por lo que es bastante completa.