Seguir los pasos del padre es algo habitual en el deporte, pero a veces la sombra del referente paterno puede ser demasiado alargada. Sin embargo, el peso de un gran legado no es algo que preocupe mucho al boxeador cordobés Rafa Lozano Júnior, de 19 años y apodado 'El Balín'. Su padre es una leyenda nacional, Rafael Lozano, 'El Balita', ganador de dos medallas olímpicas y actual seleccionador español. De su mano acaba de debutar en los Juegos Olímpicos de París con una victoria que le deja a un paso de otro metal para la saga familiar.
El púgil español se llevó los tres asaltos del combate que le enfrentó a Yusuf Chotia, triple campeón nacional de Australia y a priori uno de los candidatos al podio en París en la categoría de 51 kilos. Y lo hizo con seguridad en sus ataques y llevando la iniciativa, por lo que ya está en cuartos de final. Para 'El Balín' es muy importante tener en su esquina a su padre, con el que 'saca un extra en cada combate", según confiesa a la agencia EFE.
El objetivo de 'El Balín' está claro: continuar con el legado de 'El Balita', que participó en tres Juegos Olímpicos y logró la medalla de plata en Sídney 2000 y la de bronce en Atlanta'96. Rafa Lozano padre fue el último boxeador español en conseguir una medalla. Ahora confía en que su vástago rompa la maldición.
En una entrevista en El Mundo admite que su hijo "tiene mucho más repertorio que yo" y "un boxeo más completo: a la corta distancia, a la media, a la larga distancia (...) Con 19 años es campeón de Europa, tercero del mundo... Yo a su edad tenía la medalla del Carrefour".
Ser "el hijo de" suele pesar, pero 'El Balín' no lo ha sentido así, o por lo menos no le ha importado. "Me han juzgado más. Es normal. Yo nunca les he echado cuentas. Siempre me he divertido boxeando. Y es lo que voy a hacer aquí. No tengo presión. Que me comparen con mi padre es una motivación", explica.
Su padre sí cree que las comparaciones son odiosas, y nada beneficiosas, sobre todo "cuando te estás ganando las cosas con esfuerzo". "Está en el equipo nacional porque se lo merece. Evidentemente, todo el mundo necesita una ayuda. Que te den ese empujoncito. Al ser mi hijo, él ha estado vinculado al boxeo siempre. Pero si no se gana el puesto... Siempre he sentido que a él se le ha presionado un poco más que a los demás. Y eso le ha venido bien para superarse", indica.
De hecho los últimos años tampoco han sido fáciles para Rafa Jr. en el aspecto físico. Sufrió varias lesiones, se rompió el bíceps de ambos brazos y tuvo que pasar por quirófano. Su rapidísima recuperación le ha permitido llegar a tiempo a París, donde la medalla está a tiro de piedra. "El primer paso ya lo he dado, porque el primer combate siempre es el más difícil, pero estoy seguro de mi, del trabajo que he hecho y vengo a por todas", asegura, dispuesto a seguir dando pelea.