El amplio espectro de la salud mental en la alta competición deportiva tiene ahora dos rostros significativos, el de Simone Biles -la reina absoluta de la gimnasia olímpica-, y el de Beacon, el perro terapeuta del equipo estadounidense, que se ha convertido en la estrella de París... sin siquiera estar en París. Tal es el impacto que ha tenido su trabajo de acompañamiento emocional entre sus compañeros humanos y su repercusión en la opinión pública.
Pocos episodios tan traumáticos en las historia reciente de los Juegos Olímpicos que el entonces 'inexplicable' abandono de Simone Biles en Tokyo. Hoy sabemos que la valiente decisión de la atleta no solo tenía como objetivo cuidar de su propia salud mental, sino que ha servido para visibilizar el problema mayor de la presión, muchas veces ejercida con brutalidad por parte de los propios entrenadores, que soportan las y los deportistas de élite. También contribuyó al destape de otras cloacas de la gimnasia de alta competición, como los abusos sexuales perpetrados por el médico del equipo, Larry Nassar.
Ese fue el trabajo de Simone, ahora hablemos del trabajo de Beacon, que a pesar de su impacto positivo y popularidad entre gimnastas y fanáticos, no ha podido estar en París debido a algunas restricciones logísticas.
Tras el alegato de Biles en Tokyo, USA Gymnastics tomó cartas en el asunto e implementó diversas iniciativas para mejorar el bienestar emocional de sus gimnastas, destacando la incorporación de perros de terapia. Entre estos, Beacon, un golden retriever nacido en febrero de 2020 y que fue adoptado a las ocho semanas por Tracey Molnar, ex competidora y entrenadora de gimnasia y cuyo nombre significa 'faro', para mayores señas.
Como se sabe, hay varios niveles en los que los perros han demostrado ser complementos eficientes en los distintos tratamientos contra la enfermedad mental, en particular la depresión o la ansiedad. Hay perros especializados en asistencia psiquiátrica -entrenados para actuar en situaciones muy puntuales- y perros de acompañamiento emocional, que es la función que cumple Beacon, cuyo rol principales proporcionar consuelo y aliviar el estrés de las gimnastas, especialmente en los momentos previos a las competiciones. Es por esa razón que su 'trabajó' más intenso se produjo durante las competencias previas a los juegos, en las fases de calificación.
Según se dice, su capacidad para detectar tensiones y ofrecer cercanía lo convierte en un apoyo inestimable. Shilese Jones, gimnasta del equipo nacional, le dijo a The Times: “Siento que, en cierto modo, bloquea la realidad, y, a veces, eso es bueno para nosotras, para que no pensemos demasiado en las cosas. Me distrae de la realidad del dolor”.
Por su parte, Jill Geer, directora de comunicaciones y marketing de USA Gymnasts, a USA TODAY, Beacon ha eclipsado a sus compañeros caninos en notoriedad: “Beacon no es el único perro. Hay varios otros perros, pero Beacon es 100% la estrella del espectáculo”. Geer incluso bromeó acerca de que Beacon necesitaría un agente, debido a la abrumadora cantidad de solicitudes para interactuar con él, superando incluso a las de los atletas. Pero atención, por mucho que Beacon tenga un impacto positivo en las gimnastas, no es obviamente la única solución a un problema complejo. La propia Li Li Leung, directora ejecutiva de USA Gymnastics, ha señalado que "No hay duda de que en Tokio aprendimos una lección sobre la importancia fundamental del bienestar mental, pero si lanzamos un programa de terapia con perros, está bien, tienes un lindo y tierno perro peludo para acariciar. Pero no significa nada a menos que tengas todo lo demás en orden”. Ese 'todo lo demás' es complejo y tedioso, como siempre. Mientras tanto Beacon sigue haciendo su propio trabajo.