El método japonés para adelgazar sentado que además toma solo un minuto

Partamos de una verdad simple y diáfana: es imposible adelgazar con 'cero' esfuerzo. Sin embargo, esta es la parte buena, es posible hacerlo con 'mínimo' esfuerzo. O más bien, con un esfuerzo mejor enfocado, más preciso y más rápido. Al menos esa es la idea que promueve el acupuntor y quiropráctico japonés Koichi Hoshino en su libro 'Adelgaza sentado' cuyo título, se entiende, lo ha llevado a convertirse en best seller.

Historia de una silla

Por supuesto, no hay mejor manera de mantenerse en forma que mantener una dieta balanceada, tener actividad física regular y eliminar el alcohol y el tabaco. Por supuesto, a veces no es tan sencillo. Por supuesto, hay un montón de charlatanería que intenta vendernos la idea de una inversión física y mental igual a cero, lo cual no existe. Todas estas 'fórmulas milagrosas' supuestamente sustituyen la fuerza de voluntad por algún artilugio, pastilla o placebo que casi nunca resulta. Porque, por supuesto, el problema es, precisamente, la fuerza de voluntad.

Dicho esto, el método que recomienda Hoshino tiene algunas similitudes con otras técnicas japonesas que tienen que ver con la respiración y solo requiere que aportemos 'voluntad y una silla'. Da igual la hora del día, da igual nuestra condición física previa, los ejercicios los puede realizar cualquiera durante un minuto pero además se pueden realizar varias veces al día, si te apetece.

Hoshino ha bautizado a su técnica para afinar la cintura con una rutina de un minuto como 'Técnica del globo torácico' y consta de dos partes. La primera consiste en, primero: estirar los brazos hacia arriba y se juntar las palmas por encima de la cabeza mientras se inhala por la nariz y se tensa el abdomen; y segundo: exhalar por la boca durante 5 segundos, inflando las mejillas y expandiendo el abdomen (como si tuvieras un globo dentro), mientras se bajan las manos poco a poco hasta que están a la altura del pecho.

Primero hay que centrarse en aprender esta sencilla técnica de respiración e internalizarla. Una vez dominada, hay que combinarla con la segunda parte de la rutina, que consiste en, primero: sentarse con los pies juntos y la espalda recta, hacer el ejercicio de respiración con los brazos estirados por encima de la cabeza, exhalando por la boca durante cinco segundos, inflando las mejillas y expandiendo el abdomen para a continuación bajar las manos, sin separar las palmas, hasta la altura del pecho; y segundo elevar la rodilla izquierda, flexionando el pie hacia arriba sin dejar de apoyar el otro en el suelo. La idea sería que logres tocar la rodilla con las muñecas sin separar las palmas, algo que puedes no conseguir fácilmente al primer intento, pero que lograrás, promete el especialista, con algo de práctica.

Recuerda que es muy importante seguir primero la respiración. Si haces eso durante un minuto, todas las veces que quieras durante el día, según Hoshino deberías ver pronto los resultados.