Dice el refrán que “los polos opuestos se atraen” y eso mismo es lo que ocurre si juntas el running con el yoga. En un principio parece que no tienen nada que ver. La gente hace running para liberarse, quemar calorías o aumentar su resistencia, mientras que los que hacen yoga buscan mejorar su flexibilidad, conectar consigo mismo y relajar su cuerpo. Por mucho que a priori nos parezca una combinación algo rara, desde que conozcas los beneficios que el yoga te puede aportar si eres corredor, vas a querer probarlo en tus propias carnes. ¿Preparado para descubrirlo?
Cuando corres, es normal que una de las consecuencias sea el estrés físico de tus músculos. Esto se debe a que puede que no trabajes del todo bien los estiramientos previos y posteriores a un entreno, por lo que tus músculos no quedan del todo liberados y pueden llegar a causar dolores, molestias o notarlos bastante cargados. Y aquí entra el yoga. Su práctica te permitirá estirar, tonificar y relajar tus músculos para liberarlos del estrés al que se someten en cada una de tus carreras o entrenamientos.
Cuando corremos hay que saber controlar muy bien la respiración. Si no lo haces correctamente te cansarás antes, provocando que te asfixies e incluso aparezcan molestias que te impidan continuar con tu actividad como el temido flato. Una de las grandes características del yoga es que se aprende a dosificar el aire y a realizar una respiración correcta que te permita relajar por completo tu cuerpo. Como corredor, esto te lo puedes llevar a tus carreras para administrar mucho mejor tu aire y controlar la respiración durante tu entreno.
Ya has visto como el yoga es capaz de relajar tus músculos para liberarlos del estrés al que están sometidos, así como de la sobrecarga que pueden tener tras un entrenamiento. Pero no solo libera los músculos, hace lo propio con la mente. Durante un rato te olvidas, mediante estiramientos y posiciones corporales, de los problemas de tu día a día gracias a la relación mental y corporal, reduciendo así tus niveles de estrés y de tensión, que te permitirán disfrutar mucho más del running, haciéndolo incluso más liberador que antes.
Poco a poco, con las sesiones de yoga vas conociendo tu cuerpo mucho mejor, permitiéndote corregir posturas o costumbres que tenías adquiridas cada vez que corres y que has visto que no te causaban ningún tipo de beneficio. Además, todo el conjunto de beneficios que te aporta el yoga te proporciona un mejor control de la energía corporal. Por eso, tu cuerpo será capaz de gestionarla para, de esta forma, aguantar mucho más en el entrenamiento o la propia carrera y saber cuando es necesario aportar un poquito más de energía.
Reuniendo todos los beneficios anteriores no es de extrañar que la posibilidad de sufrir lesiones se reduzca considerablemente. Hay que tener en cuenta que correr es un deporte en el que hay un gran impacto con cada pisada. Gracias al fortalecimiento muscular y postural que el yoga te aporta, tu postura al correr será menos dañina al saber distribuir mejor la fuerza. De esta forma, si correr era un problema para tu espalda o rodillas, con el yoga esos dolores se irán reduciendo poco a poco.
Ya lo has visto. Parecía que el yoga y el running no eran muy compatibles, pero lo cierto es que son los compañeros perfectos. El yoga te va a permitir ser mejor corredor de lo que eras, corrigiéndote automáticamente posturas que no eran las más beneficiosas para tu entrenamiento ni para tu cuerpo.