El fútbol es ese deporte del que todos conservamos recuerdos. El gol de Iniesta contra Holanda, la volea de Zidane al Bayer Leverkusen, el codazo de Tassoti a Luis Enrique, la mano de Dios de Diego Armando Maradona… Son momentos que perduran en nuestra memoria, sobreviviendo al paso del tiempo y al olvido. Tampoco olvidamos las camisetas que nos han acompañado a lo largo de nuestro crecimiento personal y vital. El Real Madrid con Teka, el Barcelona con UNICEF, el Manchester United y AIG…
Muchos diseños son ciertamente acertados. Pero algunos otros terminan convirtiéndose en verdaderos despropósitos. Una línea mal colocada, un color que se escapa de la tónica general o un estampado trasnochado pueden convertir un camisetón en una verdadera desgracia para los aficionados. Como seguro que recuerdas alguna de esos disparates, hoy te traemos una selección subjetiva de las camisetas más feas del fútbol vintage.
Corría el año 2004 y a alguien se le ocurrió que la tradicional equipación a rayas rojas y blancas estaba muy vista. En su lugar, diseñaron una camiseta con un estampado que recuerda a un mantel blanco después de un cumpleaños infantil. La ocurrencia no terminó la temporada.
Era 1992 y la Fiorentina saltaba al campo cada fin de semana con una elástica de dudosa honorabilidad. Cierto es que se trataba de un mosaico y no de esvásticas per se, pero los aficionados se dieron cuenta de que aquellas líneas trazaban el símbolo nazi a lo largo de los hombros y las mangas. La camiseta generó un gran revuelo. Además del símbolo, el diseño tampoco fue el más acertado de todos.
No fue una, sino tres temporadas (el trienio 1992-1995) las que el Hull City, histórico de la Premier League, saltó al campo con esta camiseta estampada con los colores más llamativos que tenían en la tabla de pantone. Eso sí, siempre podrían decir que la elección buscaba, en realidad, de reforzar la identidad corporativa de la escuadra: el apodo del equipo es "los tigres".
En el año 2004, el Atlético de Madrid firmó un acuerdo comercial con la productora cinematográfica Columbia, que por aquel entonces estaba promocionando la segunda parte de la película Spiderman. El resultado fue esta camiseta, no apta para aficionados con fobia arácnida.
Corría el año 1995 y los videojuegos de arcade eran la nota dominante en todo el mundo. Aquellas máquinas grandes con uno o varios minijuegos. Metal Slug, Dragon Ball, Tekken… Al parecer, el diseñador noruego de aquel año era también un fanático de los títulos de crédito de los juegos de la época, y se puso manos a la obra. El resultado tampoco fue el esperado.