Con la llegada del nuevo año la gran mayoría de las personas se pone como propósito hacer más ejercicio, por lo que en estas primeras semanas del año los gimnasios se ven abarrotados de gente hasta que poco a poco, tras el subidón del comienzo, muchos se van bajando del barco hasta que solo quedan los más constantes. Pero no solo en el gimnasio se hace deporte, otros tantos prefieren el aire libre, parajes naturales para echar una carrera en un ambiente más verde, como en la montaña, una práctica para la que, eso sí, se requiere preparación, no es para novatos, como la ultramaratón Highland Kings, que ya no es que sea dura, también es una carrera exclusiva no apta para cualquier bolsillo.
Cuando hablamos de grandes carreras se nos viene a la mente algún Ironman, pero en este caso no hay ni natación ni bicicleta, solo carrera y 193 kilómetros por delante a completar en cuatro días, así que ya te puedes imaginar su gran dificultad. No es para cualquier corredor, la ultramaratón se adentra en algunos de los territorios más complicados y escarpados de Escocia hasta concluir en la isla de Arran. Todo esto ocurrirá en el próximo mes de abril, entre los días 25 y 29, a etapa por jornada.
Bosques, acantilados, kilométricos prados, impresionantes playas, lagos… Todos estos parajes y muchos más serán los que se encuentren los corredores a lo largo de los casi 200 kilómetros que deben recorrer. Ahora bien, esta ultramaratón solo la disfrutarán 40 corredores que no serán cualquier persona, el dorsal cuesta nada más y nada menos que unos 18.000 euros, porque la Highland Kings no solo es exigente, también es una experiencia de lujo.
La organización se encarga de entregar a cada uno de los 40 participantes la equipación necesaria para hacer la ultramaratón, desde la ropa, adaptada a las condiciones climatológicas que pueden encontrarse en esas fechas en los parajes escoceses, hasta los accesorios para llevar el control sobre su carrera. En este caso a cada uno se le hará entrega de un reloj Garmin MARQ, "el mejor dispositivo deportivo de resistencia de lujo del mundo", explica la organización de la prueba.
Además, en el precio también viene incluido un seguimiento exhaustivo desde que se acepta su registro en la prueba. De esta manera, tanto entrenadores, médicos y nutricionistas se encargarán de la puesta a punto de cada uno de los participantes con planes personificados a cada uno, profesionales que han trabajado con deportistas de élite o han formado parte de las fuerzas armadas. Y no es de extrañar, porque la carrera ha sido diseñada por grandes deportistas y exmilitares de las Fuerzas Especiales, así que además de disfrutarla, se va a sufrir mucho.
Durante siete meses los participantes adaptarán los entrenamientos a su rutina, con un menú preparado por el chef escocés con estrella Michelin Alan Murchison, mientras que al finalizar la prueba otro cocinero con estrella se encargará de la comida final tras llegar a meta, una cena de gala que tendrá lugar en un castillo rodeado de impresionantes montañas.
A lo largo de toda la carrera y sus cuatro etapas los 40 participantes estarán monitorizados por una señal GPS para conocer su posición en cada momento y un equipo médico los seguirá de cerca para atenderlos de inmediato en caso de ser necesaria su intervención.
Pero para ser uno de los 40 no solo vale tener 18.000 euros, ya que deben acreditar que han realizado y completado alguna carrera similar previamente junto a unos análisis que verifiquen su buen estado de salud. No obstante, la organización les someterá a un test cardiopulmonar y a una prueba de sudor antes de la prueba para dar el visto bueno a sus condiciones.
Cada jornada los corredores acabarán en unos campamentos que nada tienen que envidiar a grandes resorts de lujo, en los que contarán no solo con el equipo médico, también con masajistas y fisioterapeutas para estar al 100% para proseguir la carrera al día siguiente. A ello se le suman todas las comodidades para su óptimo descanso, un jacuzzi y ese convite final en el castillo para poner el broche de oro a la aventura.