Te habrás dado cuenta viendo alguna serie o película, si has viajado Japón o eres un aficionado a la cultura del país. Los japoneses dejan los zapatos en la entrada de su casa, y tiene todo el sentido del mundo. Más allá de dejar las energías negativas fuera, para que no entren al interior del hogar, no pasearse con los zapatos en el interior de casa evita que introduzcamos y esparzamos miles de bacterias por nuestro salón, dormitorio o cocina. Porque sí, en nuestros zapatos se acumulan cientos de gérmenes.
Son muchos los estudios que avalan y aconsejan que dejemos los zapatos en la entrada de casa y no nos paseemos por ella. Un estudio de la Universidad de Arizona de 2015 desveló que la gran cantidad de bacterias no solo se concentraba en la suela de los zapatos, también en el interior del calzado, en total 421.000 en la suela y 2.887 en el interior.
A su vez, otra investigación de la Universidad de Houston apuntaba que el 40% de los zapatos tienen la bacteria Clostridium difficile, un microorganismo que causa diarrea capaz de resistir a los antibióticos.
Un análisis de DustSafe sobre el ambiente en interiores detectó la presencia de algunos metales tóxicos como el plomo en el interior de los hogares. Según explican, su concentración en interiores puede venir por el aire que entra del exterior o por nuestros zapatos o las patas de las mascotas.
Por su lado, otras investigaciones establecen que prácticamente la totalidad de los zapatos tienen bacterias fecales, principalmente E. coli, que estaba presente en el 96% de las muestras analizadas, una bacteria que puede causar graves problemas gastrointestinales si estamos expuestos a altos niveles.
Así, lo adecuado sería tener la entrada de casa limpia, sino se acumularían allí las bacterias y desinfectar los zapatos con frecuencia. No obstante, The Conversation también apunta que un poco de suciedad es beneficiosa porque existen estudios que afirman que estar expuestos a bacterias nos ayuda a desarrollar y reforzar nuestro sistema inmunitario y reducir enfermedades o alergias. Eso sí, sin pasarnos de suciedad.
Mirando con perspectiva, parece que sí, que lo ideal es hacer como lo japoneses y dejar los zapatos a la entrada de casa, pero ir descalzos también tiene sus complicaciones, como ese dedo que se puede golpear contra un mueble y hacerte ver las estrellas. Por eso lo mejor es tener un calzado específico para el interior del hogar que nunca se saque fuera.