Lo ha vuelto a hacer. Días después de que anunciase que dejaría de jugar temporalmente tras Roland Garros, se ha hecho con su Copa de los Mosqueteros, número 14, su victoria 22 en un Grand Slam. “Me han hecho un bloqueo a distancia con inyecciones de anestesia en los nervios sensitivos del pie, estoy jugando sin dolor, pero con cero sensación y por eso he podido jugar”, aseveraba el tenista en la rueda de prensa tras el partido.
Recordamos que el mallorquín lleva tiempo luchando contra la enfermedad Müller-Weiss, que le provoca un dolor intolerable. "Vamos a hacer un tratamiento que consiste en una intervención en los nervios con inyecciones de radiofrecuencia pulsátil que me podrían ayudar a disminuir las sensaciones en el pie. Si conseguimos desinhibir el nervio, dejarlo tocado y medio dormido, también quitaremos el dolor permanente. Aunque me deje el pie con poca sensibilidad, si disminuye el dolor, ya sería un gran paso. Hay que confiar y confiaremos”, contaba a los medios. Te contamos qué es exactamente este tratamiento
Se trata de una técnica mínimamente invasiva que lesiona mediante una aguja aislante y corriente eléctrica el nervio encargado de enviar la señal de dolor al cerebro de la zona afectada. Es un procedimiento utilizado para proporcionar alivio del dolor a largo plazo, a diferencia de lo que se consigue con las inyecciones simples o bloqueo de nervios.
Se realiza con anestesia local, en quirófano y tiene una duración aproximada de una hora, tras la que el paciente regresará a casa. El afectado forma parte de activa de la intervención ya que, al insertar la aguja en el nervio de la zona dañada, deberá indicar lo que va sintiendo para guiar al doctor hasta encontrar el punto exacto de colocación.
La mejora tras la operación suele ser gradual y su eficacia no se puede medir hasta pasadas semanas cuando se hayan pasado las molestias de la anestesia y los hematomas en la zona. Si el tratamiento es eficaz, Nadal podría ir reduciendo e incluso eliminando el resto del tratamiento farmacológico que sigue para poder seguir jugando sin dolor.
En torno a un 70-80% de los pacientes, según un artículo publicado en la web de acuerdo con Topdoctors, logra un buen bloqueo de la estructura nerviosa diana mediante el uso de las inyecciones de radiofrecuencia. Si la intervención resulta un éxito, el resultado puede durar entre 3 y 18 meses, aunque normalmente es de entre 6 y 9 meses.
El plan B, si esto no sale bien, es pasar por quirófano, pero en esta ocasión, para algo mucho más invasivo que tendría al tenista inmovilizado varios meses y medio año de baja. “Eso lo tendría que hablar conmigo mismo, con calma, porque sería una decisión de vida, de saber si compensa estar medio año parado, sin seguridad de nada. Tendría que entender mejor las cosas para tomar esa decisión que ahora no estoy preparado para tomar. La vida es más importante que otro título. Mi carrera ha sido mi prioridad toda mi vida, pero no está por encima de mi felicidad. Si sigo siendo feliz, seguiré, si no, haré otra cosa”, afirmaba el tenista ante la posibilidad de que la primera opción no fuese bien.