El presidente de Rusia, Vladimir Putin, lo ha vuelto a hacer y el fantasma nuclear ha vuelto a asomar la cabeza. La OTAN ha alertado de la movilización del submarino K-329 Bélgorod, cuyo fin podría ser probar el misil Poseidón en el Ártico, un supertorpedo capaz de crear un tsunami radiactivo. Después de una primera oleada de búsquedas cuando empezó la guerra, las pastillas de yodo vuelven a estar en el top en internet. Estas pastillas sirven para prevenir la absorción de yodo radioactivo, pero los expertos alertan de que no hay que tomarlas a menos que desde las autoridades se dieran instrucciones para ello. Te contamos por qué son contraproducentes.
El yodo es una sal cristalina que se emplea como tratamiento profiláctico para evitar daños en el tiroides ante la exposición radioactiva que es liberado al ambiente en emergencias nucleares que suele contaminar la comida y el agua. "Se dan dosis masivas de yodo normal para que la tiroides se llene y no se permita la entrada del radiactivo", explica a Europa Press responsable del Área de Información del Medicamento del CGCOF, Iván Espada.
Eso sí, no son eficaces al 100%, puesto que no protegen frente a la radiación externa ni contra sustancias radiactivas que no sean el yodo radiactivo. Su funcionamiento es sencillo. La glándula tiroides es el lugar de preferencia para el almacenamiento del yodo en el cuerpo humano, pero tiene un límite a su capacidad; de esta manera, si la tiroides se satura con yodo estable, no podrá absorber yodo radiactivo.
Este tipo de medicamentos se almacenan en el Centro Militar de Farmacia de la Defensa, situado en Colmenar Viejo, y nada tienen que ver con los medicamentos que contienen yoduro de potasio que están disponibles en las farmacias y se administran bajo prescripción médica, ya que están destinados al tratamiento de personas que necesitan un aporte de yodo, como en casos de hipotiroidismo.
El problema de unas y otras es cuando lo toman las personas que no las necesitan, ya que puede ser contraproducente y provocar enfermedades graves. "El yodo es una sustancia que el cuerpo necesita en una muy pequeña cantidad. Dar una dosis tan alta puede llevar a una intoxicación, que puede traer aparejado un efecto sobre la tiroides y bloquearla. Por tomar un día esta dosis no va a pasar nada, pero el problema son las dosis masivas", asevera el experto.