Es el principal síntoma de la menopausia y también el más molesto. Esa súbita sensación de calor que se concentra en el cuello, la cara y el tórax, acompañada de rubor, palpitaciones y sudoración agobiante que genera un importante malestar y situaciones incómodas en la vida diaria. Duran menos de dos minutos y se llegan a sufrir dos o tres veces al día. Los experimentan el 75% de las mujeres durante la perimenopausia y la menopausia, y a un 20% les duran más de 5 años.
Hasta el momento, la terapia de remplazo hormonal era la forma más eficaz de aliviar los sofocos, pero no todas las mujeres pueden someterse a ella. En los casos afirmativos, es especialmente eficaz si se empieza a tomar en los primeros diez años tras el último periodo y antes de cumplir los 60. Su efectividad se sitúa entre el 70 y el 90%, nada mal, pero ahora un equipo de investigadores ha descubierto una intervención dietética que ofrece los mismos resultados (88%) y es apta para todas las mujeres. Te contamos en qué consiste.
El estudio, publicado por la Sociedad Norteamericana de Menopausia en la revista “Menopause”, asegura que una dieta mayoritariamente vegetariana y rica en soja reduce este síntoma y ayuda a las mujeres a perder unos 3,6 kg en tres meses.
Hay tres elementos que son clave para obtener estos resultados: "Evitar los productos de origen animal, reducir la grasa y agregar una porción de soja”, afirma el investigador principal del estudio Neal Barnard, presidente del Comité de Médicos de la Universidad George Washington. La investigación se ha dado cuenta, también, de que las mujeres que viven en zonas donde estas dietas están muy estandarizadas, como Japón o la península del Yucatán, los síntomas de la menopausia son mucho menores.
Un estudio anterior se fijó en si las temperaturas podían influir también esta mejora de la sintomatología, pero realmente se demostró que no tenía nada que ver. Estos nuevos resultados sugieren que un cambio en la dieta debe considerarse como "un tratamiento de primera línea para los síntomas vasomotores molestos, incluidos los sudores nocturnos y los sofocos. Además, es precisamente la misma dieta que se esperaría que disminuya los problemas de salud de muchas mujeres que llegan a la menopausia: un riesgo creciente de enfermedad cardíaca, cáncer de mama y problemas de memoria”, concluye el doctor Neal Barnard.