Los procesos para el diagnóstico de determinadas enfermedades pueden volverse eternos. Acudir al médico de familia, que te redirija al especialista, esperar el turno que puede tardar cuatro o cinco meses, realizarte las pruebas y conocer los resultados. Esta larga enumeración es el ciclo natural que muchos enfermos tienen que pasar antes de poder empezar con un tratamiento que alivie sus necesidades. Se traduce en que la detección precoz en muchas ocasiones es casi imposible y que enfermedades que aparentemente tendrían una fácil intervención médica se compliquen por el momento en el que se conocen.
Hasta ahora, dependiendo de la Comunidad Autónoma en la que vivieses en atención primaria podían realizarte una ecografía, una colonoscopia o una resonancia. Lo que en Madrid era posible, en otros sitios, impensable, y todo porque se pensaba que con estas facilidades el gasto se dispararía. Pero a partir del Consejo Interterritorial de enero parece que esto va a cambiar y que de manera generalizada en toda España determinadas pruebas podrán ser realizadas por los médicos de cabecera.
Con el objetivo de evitar derivaciones al hospital que engrosan las listas de espera, las comunidades autónomas, el Ministerio de sanidad y las sociedades científicas han decidido equiparar a los facultativos de atención primaria con los médicos del hospital respecto a acceso de pruebas diagnósticas. Esta decisión ha encontrado reticencias por el camino y todavía no es una realidad, sino que el documento de consenso pasará a la Comisión de Coordinación asistencial del Ministerio y de ahí al Consejo interterritorial del Sistema Nacional de salud para su aprobación y puesta en marcha a principios de 2023.
Aproximadamente, se triplicarán el número de pruebas que se podrán realizar en el centro de salud. La ventaja es intentar conseguir que las comunidades autónomas digan "esta prueba no se puede hacer”, como ocurre en la actualidad en algunas regiones con las de péptidos natriuréticos, que son sustancias producidas por el corazón y que un nivel bajo de ellas puede significar insuficiencia cardiaca. Si el resultado no es negativo, se evitaría también una visita innecesaria al cardiólogo.
Otras de las pruebas más útiles que se incorporarán al catálogo de los médicos de la primaria serán las de imagen. A partir de la aprobación, los facultativos podrán pedir resonancias magnéticas, tomografías computarizadas o ecografías, también colonoscopias. Lo mismo ocurrirá con las pruebas de laboratorio: hematología, microbiología, parasitología, inmunología o bioquímica genética, entre otras.