En invierno los días se acortan, las temperaturas bajan y el sol está mucho más ausente. El resultado es que casi queremos hibernar o, al menos, a dormir más. Pero, por paradójico que parezca, nuestro sueño suele ser de peor calidad durante esta época del año. Por este motivo, la empresa de colchones Emma - The Sleep Company ha realizado una investigación para explicar las razones.
La primera es la falta de luz que experimentamos durante esta estación, ya que afecta a nuestro ciclo sueño-vigilia. La luz es muy importante, ya que nos ayuda a establecer nuestro ritmo circadiano (o reloj biológico) mediante sensores de luz especializados situados dentro de los ojos. Detectan el ciclo de luz y oscuridad del entorno y ajustan el ritmo circadiano del cuerpo para que coincida con el día interno y externo.
Nuestro sueño también puede verse influenciado por el aire seco generado por la calefacción que utilizamos para aclimatar las habitaciones de nuestras casas. Esto provoca una reducción de la humedad en el aire y puede provocar picor de garganta, tos, secreción ocular o nasal, sobre todo si se es propenso a las alergias o se tiene algún problema respiratorio.
Además, las altas temperaturas dificultan conciliar el sueño, por lo que es preferible no encender la calefacción y abrigarse bien al acostarse. ¿Qué otras recomendaciones debemos poner en práctica para dormir bien? Estas son las cinco más importantes.
Los pijamas de lino, franela o bambú te ayudarán a mantener el calor y dormir cómodamente por la noche. El lino es un termorregulador perfecto, que te mantiene caliente cuando hace frío y fresco cuando suben las temperaturas, mientras que la franela es un tejido cómodo ideal para llevar durante los meses más fríos. El bambú es otro buen material para tu pijama. Este tejido es suave y aterciopelado sobre la piel, y mantiene una temperatura agradable al ser natural, transpirable, 100% biodegradable e hipoalergénico con cualidades antibacterianas, además de ser una opción muy útil para quienes son propensos a las alergias.
Llevar calcetines mientras duermes puede aumentar la circulación sanguínea y dilatar los vasos sanguíneos. Como resultado, la temperatura corporal puede descender más fácilmente, lo que es beneficioso para el sueño, ya que un descenso de la temperatura corporal central ayuda a conciliar el sueño y a permanecer dormido.
Intenta aprovechar activamente las horas de luz en invierno: sal a tomar el sol por la mañana o durante la pausa para comer. Si puedes, siéntate cerca de una ventana orientada al sol cuando estés en casa o en la oficina. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda tomar el sol en invierno para sintetizar vitamina D durante 20 o 25 minutos al menos dos o tres veces por semana.
Procura no irte a dormir directamente después de haber hecho una comida copiosa o consumido alcohol durante la cena, para que tu cuerpo pueda hacer bien la digestión antes de irse a dormir.
Theresa Schnorbach, psicóloga especializada en terapia cognitivo-conductual para el insomnio y científica para el sueño en Emma, confirma estas recomendaciones. La experta afirma que es importante elegir ropa de dormir que sea cómoda y transpirable, ya que los materiales utilizados pueden ayudar a controlar la temperatura corporal. "Debemos aprovechar que las noches de invierno son más largas y nos cansamos antes para dormir lo suficiente", concluye esta experta, quien también recomienda aprovechar los días libres o de vacaciones para hacer una auténtica cura de sueño.