Con el cese del uso de mascarillas en los lugares públicos (excepto farmacias y centros de salud), estamos casi instalados en la 'antigua normalidad'. Pero no vienen tiempos tranquilos: existe una nueva alerta sanitaria y el responsable es el virus de Marburgo.
El pasado martes 14 de febrero la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunía con carácter urgente por la aparición de un brote desencadenado en África.
El virus de Marburgo pertenece al género Marburgvirus. Cursa con fiebre hemorrágica severa y es casi tan letal como el ébola. Por el momento, han fallecido nueve personas en Guinea Ecuatorial, en las provincias de Kie Netem y Wele Nizas. En julio de 2022, hubo un brote del mismo virus en Ghana. Se notificaron dos fallecimientos. Por el momento, en España nunca se ha detectado ningún caso de esta enfermedad, para el que no hay vacuna ni tratamiento.
Las autoridades sanitarias de Guinea Ecuatorial han activado un plan de contingencia, que incluye restricciones de movimiento en las áreas afectadas al menos durante 45 días.
Por su parte, el ministerio de Asuntos Exteriores de España ha recomendado a los viajeros españoles y a los residentes en el país africano que "permanezcan atentos y sigan las comunicaciones que en materia sanitaria y de movimientos realicen las autoridades ecuatoguineanas".
Entre los síntomas que podrían ser compatibles con la enfermedad del virus de Marburgo destacan la fiebre, dolores musculares o corporales, cefalea, tos y dolor de garganta, una sintomatología muy parecida a la de cualquier cuadro catarral o gripal.
En una siguiente fase de la enfermedad, el paciente puede sufrir vómitos, diarrea, hemorragia bucal, nasal o en heces, lo que sería indicio de una hemorragia en órganos internos. El diagnóstico se completa a través de un análisis de sangre y orina.
El primer brote del virus tuvo lugar en 1967 en las ciudades alemanas de Marburgo y Fráncfort, y en Belgrado, capital de la antigua Yugoslavia. Hace 55 años, 31 personas contrajeron la enfermedad y siete fallecieron. La tasa de letalidad fue del 23%.
Casi diez años más tarde, en 1975, se registraron tres casos en Johannesburgo, con un fallecido. Entre 1998 y 2000, se registraron peores datos en la República Democrática del Congo, con 154 casos y 128 muertes. La tasa mayor de letalidad se produjo entre 2004 y 2005 en Angola con 252 casos y 227 muertos. La letalidad del virus alcanzó entonces el 90%.
En el último mes han tenido lugar nueve fallecimientos; todos ellos en Guinea Ecuatorial. En estos últimos brotes, la tasa de letalidad oscila entre el 24% y el 88%. Hay 16 casos pendientes de confirmación y más de 4.000 personas en cuarentena.
El murciélago de la fruta es el animal que hace de huésped al virus de Marburgo, aunque estos animales no han mostrado indicios de la enfermedad.
El contagio del virus de Marburgo en personas se produce a través del contacto directo con los fluidos personales de otras personas o bien con las superficies o materiales infectados. Aunque no haya cura, según los expertos, la rehidratación contribuye a paliar algunos de sus síntomas. Aunque la vía de transmisión es por contacto estrecho de persona a persona, los virólogos afirman que con una vigilancia adecuada, planes de contingencia y estrategias de protección, los brotes pueden ser controlados.