La farmacia. Ese lugar al que acudimos cuando llega ese resfriado primaveral, cuando necesitas el antihistamínico para parar la alergia o para hacerte con esas pastillas que te ha recetado el médico. Sin embargo, más allá de medicamentos, las farmacias se han convertido en tiendas con las estanterías repletas de diferentes productos que en muchas ocasiones poco tienen que ver con la salud y las convierten en puros negocios. Esto es lo que dos hermanos, Felipe (farmacéutico) y Raúl (nutricionista) de la Fuente, diseccionan en 'De venta en farmacias: una denuncia del negocio de la salud desde dentro'. Hablamos con ellos para desgranar esos productos que se venden en farmacias y son de dudosa eficacia.
"Cuando terminamos nuestras respectivas carreras y salimos al mercado laboral entendimos que algo en el modelo no funcionaba correctamente cuando Felipe se sentía más vendedor que farmacéutico y Raúl observaba la imposibilidad de ejercer profesionalmente mientras que todo el mundo daba a la ligera consejos y complementos dietéticos, incluido en las farmacias dónde trabajaba Felipe", nos cuentan los hermanos sobre por qué decidieron llevar lo que un día fue un blog a las páginas de un libro.
El farmacéutico y el nutricionista señalan que "las farmacias son el único eslabón de la sanidad pública que está en manos totalmente privadas. Como el fin legítimo de cualquier empresa privada es ganar dinero (no consideramos esto ni bien ni mal, sino un hecho más), entendemos que el objetivo económico se postula por delante del objetivo de la salud, lo cuál sí consideramos que puede ser un problema".
¿Qué es lo que más se vende en farmacias?
Es difícil dar un dato, pero existen diversas noticias que nos hacen pensar que la dermocosmética es una parte importante para engrosar la caja de las farmacias.
Dicen que “lo que podemos comprar en un establecimiento en que se nos vende salud no suele tener nada que ver con nuestra salud”, ¿por qué?
Aquí no hablamos de todo lo que se vende en farmacia. Queremos dejar rotundamente claro que los medicamentos que adquirimos en farmacias tras una pauta médica son seguros y necesarios. Pero no es así con el resto de los productos. Existen numerosos complementos alimenticios, cremas milagrosas, remedios a base de extractos de plantas, bolígrafos que dan descargas eléctricas, etc. que no tienen una evidencia demostrada para los efectos que dicen hacer. ¿Recuerdan hace unos años la pulserita de moda que nos ayudaba a mantener el equilibrio? También se vendía en farmacias.
Si hay productos que no son eficaces, ¿por qué se venden en farmacias?
Porque la razón de ser de cualquier empresa privada, como es a día de hoy la oficina de farmacia, es la maximización de beneficios. Esto es de perogrullo. Cualquier empresa quiere ganar dinero y amplían su oferta de productos a lo que pueda engrosar la caja del día. Es totalmente legítimo, pero a nosotros nos gustaría que una profesión sanitaria como es la farmacia comunitaria estuviera mucho más desligada del beneficio empresarial.
Cinco de esos productos que se venden y no son eficaces
Colágeno, L-Carnitina, boli acupuntor, crema protectora contra la radiación electromagnética, gominolas para adelgazar. Y podemos decir muchos más.
¿Son algunos de esos productos puro efecto placebo?
A veces ni eso. El efecto placebo hace referencia a una curación o mejora por sugestión del paciente. Muchas enfermedades remiten incluso sin esa sugestión. Otras, como la crema protectora de radiación electromagnética, te protegen de cosas que no te atacan.
¿Se suele avisar al consumidor de que esos productos no van a tener el efecto que vende su envoltorio?
Cada profesional actúa de una forma diferente. Algunos creen que de verdad funciona como se dice. Otros únicamente dispensan lo que les pide el cliente sin entrar más allá. Y puede haber otros que sepan que no funcionan, pero quieren mantener el puesto de trabajo. A veces, si algún paciente pregunta y topa con un profesional sincero, les dice la verdad, pero puede arriesgarse a una reprimenda por no realizar una venta.
¿Qué papel juegan en todo esto influencers que promocionan productos ‘milagrosos’?
Los influencers no son profesionales de la salud, al menos la mayoría de estos, y pueden hacer lo que consideren oportuno. El problema viene cuando un establecimiento de referencia en salud te dice que funciona algo que no tiene evidencia. Igual como sociedad deberíamos empezar a bajar del pedestal la opinión de según qué personas si ni siquiera están formadas en según qué ámbitos.
Entre esos productos estrella de las farmacias está el colágeno para las articulaciones o la piel, ¿de verdad sirve?
No. Básicamente porque tú tomas colágeno, pero al interior de tu organismo no llega colágeno. Nuestro cuerpo lo destruye para poder absorberlo y luego fabrica lo que le interesa en cada momento y puede ser colágeno u otra proteína cualquiera.
¿Pueden todos esos suplementos alimenticios que hay en las estanterías sustituirse fácilmente con una buena dieta?
No hay ningún suplemento alimenticio que te aporte nada parecido a un estilo de vida saludable, con una correcta dieta y una actividad física adecuada. Está claro que decir esto no vende lo mismo y probar un suplemento de 50 euros es más sencillo. Aunque sale más caro. Destacar que a veces hay situaciones especiales como en dietas veganas o en el embarazo donde sí que hay que realizar un aporte extra de vitaminas (B12 y B9 respectivamente). Igual que otros casos sujetos a prescripción médica.
Las cremas antiarrugas, anticelulitis y milagrosas, ¿son parte del negocio de las farmacias?
Sí. Como hemos comentado anteriormente, la dermocosmética es una de las secciones que más dinero aporta a la caja de las farmacias, según podemos observar en algunas noticias.
¿Puede el farmacéutico ofrecer la mejor opción dermatológica a cada individuo?
Puede, con una correcta formación. Existen buenos profesionales de la dermocosmética dentro de la oficina de farmacia, como en cualquier otra faceta. La dermofarmacia es una rama compleja y bonita del tratamiento de las afecciones de la piel.