Somos lo que comemos, al menos en parte. Llevar una alimentación saludable es clave para mantener una vida sana y un organismo y un sistema inmune fuerte y sólido. Para ello es esencial tener una dieta equilibrada, con la presencia de diferentes alimentos que nos aporten los diversos nutrientes que necesitamos. No obstante, hay alimentos que pueden ser un factor de riesgo para desarrollar un cáncer, algo que apunta la propia Organización Mundial de la Salud (OMS).
Al igual que fumar, el alcohol o la contaminación son factores de riesgo para sufrir un cáncer, los hábitos alimentarios también lo son, así lo han ido señalando a lo largo de los últimos años diferentes estudios.
Los alimentos procesados ya sabemos que no son los más saludables. Por eso mismo se apunta a la carne procesada y la roja, alimentos que pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer de intestino, por lo que se aconseja reducir su consumo diario. Eso es lo que señala un estudio de la Universidad de Oxford tras hacer un análisis con medio millón de personas de entre 40 y 69 años.
Por ejemplo, en la investigación expusieron como las personas que comían 76 gramos de carne roja procesada al día, lo que contiene una hamburguesa, tenían un 20% más de probabilidades de padecer un cáncer colorrectal en el futuro si se comparaba con las personas que habían reducido su consumo.
En 2015 la OMS hizo su propia evaluación, señalando que la carne roja es “probablemente carcinógeno para los humanos”, mientras que en la carne procesada encontraron una “evidencia suficiente”. “Para un individuo, el riesgo de desarrollar cáncer colorrectal por su consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero este riesgo aumenta con la cantidad de carne consumida. En vista del gran número de personas que consumen carne procesada, el imparto global sobre la incidencia del cáncer es de importancia para la salud pública”, explicó Kurt Straif, jefe del Programa de Monografías de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la OMS.
También existen estudios que señalan al jarabe o sirope de maíz, que no se utiliza prácticamente en la cocina española, pero que está presente en muchos alimentos que metemos en el carrito de la compra si nos fijamos en la minúscula letra de sus etiquetas, es un facator de riesgo más. Entre ellos, los zumos y refrescos, las galletas, la bollería o en algunos aperitivos salados, entre otros.
Sobre el alcohol la OMS también es clara, acusando su consumo nocivo como un factor causal de más de 200 enfermedades y trastornos. Entre ellos, el cáncer, aumentando las posibilidades de desarrollar cáncer de esófago o laringe, en el hígado, colorrectal e incluso de mama, unas posibilidades que aumentan cuando se combina su consumo con el tabaco. Según datos de la OMS, en 2020 hubo 740.000 casos de cáncer desarrollados por culpa del consumo de alcohol.