El truco de los marines para echar una siesta de ocho minutos
Lo dice la ciencia: la siesta tendría que ser una rutina porque previene enfermedades, facilita el aprendizaje y la concentración y mejora el estado de ánimo, entre otros beneficios
Un marine de Estados Unidos explica la técnica que utilizan para echarse una siesta de ocho minutos
Qué no deberías comer nunca antes de echarte la siesta: ni diuréticos ni café previo
La siesta, ese pequeño rato de plácido sueño después de comer, ya se ha estudiado clínicamente para dejar constancia de sus muchos beneficios para la salud; mejora el estado de ánimo, el desempeño y relaja porque sirve de paréntesis entre la actividad frenética de la primera mitad de la jornada y la segunda.
En Uppers hemos tomado nota del truco de los marines para echar una siesta de ocho minutos porque los expertos puntualizan que debe ser corta, muy corta. Si con esos minutos nos garantizan que es suficientemente efectiva como para afrontar la tarde, merece la pena intentarlo. Muchos necesitan el doble de tiempo solo para ser capaces de desconectar, dejar la mente en blanco y dormirse. Lo típico es “comerse la cabeza” y darle vueltas a la dificultad para conciliar el sueño tal es el “estresazo” que llevamos.
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Se han hecho virales distintas estrategias, sobre todo las respiratorias. Lo positivo es que suelen funcionar ya que la cabeza se concentra precisamente en esos métodos en los que la respiración y sus tiempos cobran tanto protagonismo que gana el cansancio y llega el sueño.
Sin embargo, ante la merecida siesta se juega en contra por culpa de la rutina. Si se hace jornada continua, para comer cualquier cosa en el coche de camino a recoger a los niños al colegio, no suelen sobrar ni dos minutos para echar esa cabezada. Cuando la jornada laboral es partida, aunque la comida sea rápida de modo que sobre tiempo antes de volver a la mesa, es difícil encontrar un espacio tranquilo donde desconectar medio minuto y dormirse los otros siete minutos y medio que promete la técnica de los marines.
Sentarse en la silla del trabajo y recostarse sobre la mesa, encerrarse en una sala de trabajo, meterse en el baño… son las pocas posibilidades existentes para los asalariados normales y siempre resultan inviables. Solo queda espacio para la siesta los días no laborables.
Cuáles son los beneficios de una siesta corta
Siguiendo los consejos de los profesionales sanitarios habría que reorganizarse para poder recostarse, aunque sean solo esos ocho minutos, principalmente si se ponen en valor los diez beneficios que proporciona la siesta y que enumera la Fundación Española del Corazón:
- Previene las cardiopatías.
- Reduce la tensión arterial.
- Facilita el aprendizaje.
- Aumenta la concentración.
- Estimula la creatividad.
- Facilita la resolución de problemas.
- Mejora los reflejos.
- Favorece la abstracción.
- Fomenta la positividad.
- Mejora el estado de ánimo.
La estrategia de un marine para dormir una siesta de ocho minutos
Un usuario de TikTok que dice ser marine de los Estados Unidos ha publicado un video que explica el truco que emplean en su unidad para quedarse dormido en un segundo y hacer una siesta de ochos minutos. Ese es el tiempo que suele tener libre y lo quiere dedicar a la desconexión total que le permite una pequeña siesta.
Se trata de Nick Vitello cuya cuenta de TikTok se llama Getaheadwithnick (en inglés significaría “salir adelante con Nick”) y cuenta con 556.800 seguidores. En un cortísimo vídeo de 13 segundos explica que se tumba en el suelo boca arriba y sube las piernas. Dice que se deben colocar sobre un sofá o una cama de modo que las rodillas formen un ángulo de 90º. Después asegura que pone el cronómetro en ocho minutos y es posible “disfrutar de la mejor siesta de tu vida”, afirma convencido Nick Vitello.
“¡Es un truco de los Navy Seals (la Armada de los Estados Unidos) y funciona!”, subraya este militar, que además, tal como muestra en cada uno de sus vídeos, defiende un estilo de vida activo y saludable. También intenta convencer a sus seguidores de que en solo 21 días pueden renunciar a la pereza, renovar su salud mental y afrontar la vida con optimismo.
Probablemente, para Nick Vitello, acostumbrado a jornadas muy estructuradas de trabajo y entrenamiento, esos ocho minutos le sean tan reconfortantes que le sirven para tomarse el resto del día con un nuevo chute de energía. La ciencia apoya su estrategia porque afirma que la siesta, aunque sea tan cortita, ayuda a concentrase en las tareas y evita cometer los errores que empiezan a aparecer con el cansancio mental y físico. Además, como ya se ha comentado relaja y mejora el estado de ánimo, entre otros beneficios.
En verdad, lo realmente difícil es encontrar ese espacio donde tumbarse en el suelo, subir las piernas y doblar las rodillas para formar un ángulo de 90º. Lo pueden cumplir aquellos que comen en su casa, en la de sus padres o en la de sus suegros. Si lo consiguen, tienen el deber de informar sobre ello. Los demás entonces solo tendrán que buscarse las maneras para cumplir con la postura porque ocho minutos se tienen seguro.
Desde la Fundación Española del Corazón apuntan que echarse la siesta debería formar parte de la rutina diaria. También aconsejan que se realice en un lugar cómodo, tranquilo, sin ruido, con poca luz y con una temperatura agradable. Apuestan por el sillón en vez de por la cama sobre todo si se padece reflujo gástrico o problemas digestivos, porque los síntomas aumentan en posición horizontal. Así, para las personas que no hagan bien la digestión o que tengan alguna enfermedad digestiva no sería adecuado imitar la estrategia de este marine norteamericano.
Por otro lado, esta misma fundación indica que la siesta debería hacerse entre las 13 y las 17 horas porque es el periodo de mayor somnolencia y cuando los ritmos circadianos sufren una caída.