No es el más frecuente, pero sí el más letal. Es el cáncer de páncreas, que según datos de los Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), estima que tiene una incidencia de unos 78.000 casos. Los datos de este tipo de cáncer no son buenos: el 88% de los pacientes muere pese a recibir tratamiento. Sin embargo, el 12% restante consigue sobrevivir, con parte de ellos sin recaídas y los médicos los dan por curados. Precisamente ellos han sido lo que han inspirado un nuevo estudio.
Se trata de un ensayo clínico en fase 1 que ha probado vacunas personalizadas de ARNm contra el cáncer de páncreas, un tratamiento que se le ha administrado a 16 personas, la mitad de ellos mostrando una respuesta inmunitaria a la vacuna que se ha asociado a un mejor pronóstico. Ninguno de ellos tuvo una recaída durante el tiempo que duró el ensayo (18 meses), mientras que los que no tuvieron reacción a la vacuna sí sufrieron recaídas.
Los resultados se acaban de publicar en la revista Nature, advirtiendo que aún son bastante prematuros, pero que marcan una senda en cuanto a tratamientos y supervivencia de un cáncer en el que la tasa de supervivencia apenas ha mejorado en las últimas décadas.
“Tras analizar muestras de supervivientes a largo plazo, nos preguntamos si podíamos emularlo en el resto de los pacientes”, ha explicado a El País Vinod Balachandran, líder del equipo y médico del Centro de Cáncer Sloan Kettering de Nueva York, señalando que, en contra de lo que se pensaba hasta el momento, el cáncer de páncreas produce moléculas que permiten lanzar al sistema inmune contra él.
Ha sido un proceso complejo ya que, tras extirpar los tumores de cada uno de los individuos, se fabricó una vacuna específica para cada paciente a través de secuencias el genoma, logrando identificar hasta 20 neoantígenos. Así, cada paciente tenía en su vacuna las moléculas específicas de su tumor.
A partir de ahí se les administró un fármaco de inmunoterapia (atezolizumab), luego una dosis de la vacuna preparada y, finalmente, un tipo de quimioterapia (mFolfirinox), y luego una dosis de recuerdo.
Los resultados han demostrado que las vacunas personalizadas de ARNm tienen potencial como tratamiento del cáncer de páncreas, lo que justifica realizar estudios similares más amplios sobre este tipo de vacunas para el tumor. Así, ya está en marcha otro ensayo en fase 2 en el que participan algunos centros españoles.