¿Qué deportistas son más propensos a desarrollar demencia?

Del 20% al 50% de los luchadores profesionales podrían desarrollar enfermedades como Alzheimer, Parkinson, encefalopatía traumática crónica, depresión u otras afecciones neurológicas o neuropsiquiátricas. El motivo: los golpes repetidos en la cabeza que sufren a lo largo de su vida como deportistas. Aunque la relación entre traumatismos craneales y deterioro cognitivo se ha estudiado en muchas ocasiones y se conocen las consecuencias en deportistas veteranos, nunca se había puesto de relieve cómo se producen los cambios cerebrales que provocan este deterioro. De encontrar la clave, se podrían poner en marcha programas de prevención.

Los boxeadores se preparan para enfrentar a sus oponentes. Practican por días, meses e, incluso, años para pelear contra los demás boxeadores. Sin embargo, su mayor enemigo es el deporte por sí mismo. Y es que es bien conocido que algunos boxeadores sufren demencia o Parkinson cuando envejecen. Los repetitivos golpes en la cabeza pueden desarrollar severas patologías en el futuro. De acuerdo con varios doctores, este tipo de demencia es llamada "demencia pugilística".

Varios exboxeadores como Meldrick Taylor, Thomas Herns, Jimmy Elis, Billy Conn, Joe Frazier Floyd Patterson y Mike Quarry, entre otros, han desarrollado síntomas asociados a esta enfermedad. Incluso al gran Muhammad Ali se le asoció con demencia; su médico personal aseguró que fue un caso de Alzheimer que se produjo por golpes en la cabeza.

El principal factor de riesgo de la demencia pugilística es la práctica de un deporte de contacto. Así, el deterioro fruto de las diversas lesiones no se produce solamente en boxeo, hay otros deportes con una alta incidencia de la enfermedad:

  • Fútbol americano.
  • Fútbol
  • Kick-boxing.
  • Deportes de alto contacto.
  • Deportes de carreras motorizadas.

¿Qué es la demencia pugilística?

La demencia pugilística es un trastorno neurodegenerativo que ha tomado especial relevancia por sus características asociadas. Su otro nombre “síndrome del boxeador” nos da una pista sobre su etiología. La palabra de raíz latina 'pugil' hace referencia al boxeo que, en muchas ocasiones, es la causa de la enfermedad por los reiterados golpes recibidos.

Imaginar recibir la cantidad de golpes en la cabeza que recibe un boxeador o una persona que practica deportes de contacto a lo largo de su carrera no es nada fácil. Aun así, no resulta tan difícil pensar las repercusiones que pueden llegar a tener los golpes en el cerebro de las personas afectadas. Así, la demencia pugilística es una enfermedad causada por diversos politraumatismos y conmociones que derivan en una atrofia cortical del cerebro. 

La mejor manera de comprender efectivamente en qué consiste la "demencia del boxeador" es describiendo los síntomas principales que presentan los que la sufren. Así, estos pueden clasificarse en varios tipos diferenciados:

  • Síntomas conductuales y psiquiátricos. Aunque varían mucho según el paciente y el caso, suelen incluir los episodios depresivos y las tendencias suicidas, así como los delirios y la agresión, y la falta de control sobre los propios impulsos.
  • Deterioro cognitivo moderado. Este se manifiesta a través de la pérdida de capacidades cognitivas importantes, de manera que se presenta falta de atención, déficits en la función ejecutiva, déficits de memoria y, en algunos casos, también demencia.
  • Trastornos motores. Muy relacionados con los síntomas anteriores, los pacientes de esta afección sufren parkisonismo, disartria y ataxia, entre otros padecimientos de carácter motor.

Se ha comprobado que la aplicación del tratamiento del Alzheimer y del tratamiento del Parkinson a las personas que sufren esta patología acaba reduciendo los síntomas. Desde un punto de vista médico, la característica neuropatológica principal que distingue a esta de otras afecciones es la acumulación de proteína tau fosforilasa en las regiones perivasculares, así como en los surcos. Los motivos que explican tal acúmulo radican en el sometimiento continuado del cráneo a golpes y traumatismos. La energía cinética de estos se transmite al cerebro, que va sufriendo microlesiones progresivas que acaban desembocando en el desarrollo de esta afección de carácter neurodegenerativo.