Estos son los riesgos que corre tu salud si te saltas la cena de forma frecuente

  • Al dejar de ingerir una de las comidas diarias, el cuerpo se somete a un "modo ayuno" que podría generar graves consecuencias a nuestro organismo

  • Si se quiere disfrutar de un saludable sueño, es mejor acostarse ligero para que los órganos estén más enfocados en la reparación celular que en la digestión

  • El superalimento que Harvard recomienda incluir en tus cenas

Todos hemos leído y oído un millón de veces sobre la importancia de proporcionar a nuestro cuerpo con los nutrientes adecuados, con el fin de poder completar nuestras tareas diarias, actividades físicas, la formación y el ejercicio.

A pesar del conocimiento, aún podemos ver a gente saltándose comidas por razones de dietas o de falta de tiempo. Unas prácticas que tienen consecuencias para la salud y no resultan siempre en pérdida de peso.

La práctica de saltarse la cena está muy extendida. Hay muchas personas que piensan que, si a lo largo del día han comido demasiado, no tomar nada por la noche les ayudará a no engordar. Y quienes quieren perder peso consideran que no cenar les permitirá adelgazar, al reducir la ingesta diaria de calorías. 

Además del ayuno intermitente, también se han conocido casos de usuarios que prefieren saltarse la comida y han adoptado esta acción como un hábito. Sin embargo, según un informe publicado por La Vanguardia, esta decisión no es buena. Es más, puede traer repercusiones negativas en las personas. 

Los riesgos de saltarse la cena

Así lo confirma la nutricionista Mónica Barreal, quien asegura que la opción de no cenar es viable siempre y cuando el usuario, durante el día, haya logrado “respetar los ciclos de hambre y saciedad. Si cuando llega la noche no sentimos hambre, la respuesta a si deberíamos obligarnos a cenar es no, ya que el cuerpo no nos lo está pidiendo. Esto significa, simplemente, que no lo necesitamos”. Lo importante, en este caso, sería suplir la cantidad de nutrientes y proteínas necesarias durante el día para que el saltarse la cena no afecte el rendimiento de la persona. 

Por otro lado, la dietista señala que “puede pasar que no cenemos porque el cerebro haya priorizado otros asuntos, cosa que ocurre cuando estamos muy ocupados. Es cuando se activa la grelina, una hormona que transmite la sensación de hambre a nuestro cerebro”. Sin embargo, esto podría hacer que el usuario se despierte al día siguiente o en la madrugada con más hambre de lo normal e ingiera cualquier cosa que encuentre. Algo que, además, provocaría que las personas aumenten de peso. 

Cena ligero y temprano

Varios estudios en los últimos años han demostrado que un cambio tan simple como cambiar el horario de alimentación y elegir los alimentos apropiados puede ser determinante para la salud de las personas, así como también trae grandes beneficios corporales y mentales.

  1. Se obtendrá una digestión más apropiada. Cuando se oculta el sol y debido al reloj biológico, el organismo comienza a prepararse para entrar en reposo, por eso, metabolizar los alimentos es mucho más lento en las horas de la noche y cuando se duerme. La idea es cenar a más tardar las 7 de la noche, o por lo menos unas dos horas antes de ir a la cama, esto permitirá que el organismo digiera y absorba mejor los alimentos.
  2. Previene el insomnio. Una alimentación equilibrada y en un horario adecuado en la noche permitirá que la persona esté más ligera a la hora de irse a dormir; por ende, es menos probable que padezca de problemas de indigestión. Si se quiere disfrutar de un saludable sueño, es mejor acostarse ligero para que los órganos estén más enfocados en la reparación celular que en la digestión.
  3. Trae beneficios metabólicos. Cuando se come unas horas antes de ir a la cama, se puede tener menor riesgo de sufrir síndrome metabólico, debido a que se tiene tiempo para que el organismo tenga una mejor absorción de nutrientes en el sistema digestivo. Además, se irá a la cama con niveles de azúcar normales (si no se tiene alguna condición metabólica) y por ende habrá mejor tolerancia a la glucosa.En la noche, las funciones de algunos órganos importantes para metabolizar el azúcar entran en descanso, por lo que se debe ayudar al organismo para que no tenga que hacer más funciones de las que puede o debe.
  4. Previene la acidez. Ir a la cama justo después de cenar puede provocar reflujo, porque en las noches el sistema digestivo hace un trabajo más lento; además, se está en quietud y posición horizontal, lo que hace que los alimentos y ácidos del estómago pueden quedarse en la base del esófago y causen acidez e irritación no solo estomacal, sino en la garganta. Si se come unas horas antes de dormir, el proceso digestivo se hará con anticipación y el cuerpo estará listo para un sueño reparador y profundo.
  5. Tendrás más energía al día siguiente. Mientras se descansa en las noches ocurre un proceso de reparación de los músculos, una limpieza y desintoxicación de los órganos vitales, un descanso del corazón y el cerebro, consolida la memoria y lo que se aprendió durante el día. Es por eso que el cuerpo debe tener un ambiente apropiado para poder hacer todas estas funciones tan importantes para la salud.