La fotosensibilidad causada por medicamentos hace referencia a la reacción que se produce en la piel cuando una persona toma determinados medicamentos y luego se expone a la luz solar o a la luz ultravioleta (UV). "Estos medicamentos pueden hacer que la piel se vuelva más sensible a la luz, lo que resulta en una mayor probabilidad de quemaduras solares, enrojecimiento, irritación o erupciones cutáneas", alerta Luisa Alonso Fito, miembro del Comité de Pacientes y Ciudadanía de la Sociedad Española de Farmacéutico de Atención Primaria (SEFAP).
Entre esos medicamentos se encuentran fármacos de uso relativamente habitual consumidos por vía oral, como pastillas o jarabes, o aplicados directamente en la piel, como cremas o pomadas. "La lista de medicamentos que pueden causar esta reacción es larga, pero algunos de los más usados son los antiinflamatorios como el ibuprofeno, los anticonceptivos hormonales como el anillo vaginal o la píldora, y algunos tratamientos para la hipertensión y ciertos antibióticos, enumera la farmacéutica de atención primaria, que añade que muchas pomadas para picaduras de insectos, de uso más habitual en verano, también producen fotosensibilidad. Además, al ir cumpliendo años, es posible que tenga que tomarse algún medicamento de forma crónica, como, por ejemplo, los fármacos para bajar la tensión. Por tanto, hay que confirmar que no van a producir daños si se toma el sol.
Como medidas preventivas para evitar estas reacciones en la piel, Luisa Alonso recomienda consultar en caso de duda con el farmacéutico u otro profesional sanitario y leer los prospectos los medicamentos que tomamos donde debe venir claramente indicado si debemos protegernos del sol.
En el caso de tener que tomar fármacos que produzcan fotosensibilidad, por su parte, la portavoz de SEFAP destaca la importancia de seguir las recomendaciones generales de protección solar (usar factor de protección solar alto, prendas protectoras y evita la exposición solar a horas de alta intensidad de radiación), consultar con el médico que ha prescrito el fármaco cómo proceder (“pues cada situación es diferente”) y, en el caso de medicamentos para el autocuidado como las cremas para las picaduras de mosquito, “hacer uso de ellas lo más alejado posible de la exposición solar, preferiblemente por la noche y nunca antes de ir a la playa o a la piscina”.
Luisa Alonso, por último, recuerda que la fotosensibilidad afecta a todas las pieles, independientemente del color, tanto a las personas de piel clara como a las de piel oscura e, incluso, a las de piel negra: "Cada piel tiene unas recomendaciones específicas de fotoprotección y siempre debemos seguir las más adecuadas para nuestra piel".
Algunos medicamentos, al recibir radiación solar, cambian ligeramente su estructura química. Cuando esto ocurre, el sistema de defensas del organismo de ciertas personas lo identifica como dañino y ataca dando lugar a una reacción de tipo alérgico. "La fotoalergia es menos frecuente que la fotosensibilidad, y no depende tanto del medicamento, sino de las características de la persona. Igual que unos tenemos alergia al polen y otros no, con la fotoalergia por medicamentos pasa lo mismo", explica Luisa Alonso, que añade que, a diferencia de la fotosensibilidad, cuya reacción puede dar lugar a pensar que se ha tomado demasiado el sol, en la fotoalergia la reacción alérgica “se parece más a un eccema o una dermatitis de contacto y puede aparecer tanto en zonas en las que nos ha dado el sol como en zonas donde no hemos estado expuestos”.
Aunque la fotosensibilidad ante los medicamentos depende en gran medida de cada persona, la farmacéutica de atención primaria explica que, igual que hay fármacos, como las penicilinas, que provocan reacciones alérgicas a más personas que otras, hay algunos que se relacionan en mayor medida con problemas de fotoalergia: “Por ejemplo, dos de uso frecuente son dexketoprofeno y su hermano ketoprofeno. Ambos son antiinflamatorios que se usan tanto en crema como en comprimidos o sobres. Y tenemos incluso presentaciones para el autocuidado que no necesitan receta, por lo que es importante consultar con el farmacéutico”.
La gravedad de estas reacciones alérgicas puede ser muy variable. En todo caso, como señala la miembro de SEFAP, es recomendable buscar atención médica “en el caso de que aparezcan ampollas o la reacción se extienda en zonas muy amplias de la piel”. También hay que tener en cuenta que estas reacciones se repiten, también en el caso de la fotosensibilidad. Por tanto, si ya ha pasado alguna vez no deberíamos exponernos al sol tomando el mismo medicamento.