Baños calientes: el remedio para tu insomnio por el calor veraniego

El calor está siendo el protagonista de estos días. No es extraño, estamos en verano y lo normal es tener temperaturas altas, pero quizá no lo es tanto el sufrir olas de calor tan continuas, con días que superan los 40º en gran parte de España y noches que rondan los 25 y los 30º que impiden que durmamos bien. Para sobrellevar esos calores nocturnos no son pocos los que se dan una ducha fría antes de irse a la cama, pero ¿y si no fuera lo correcto?

Para dormir mejor, incluso en las noches de temperaturas altas, lo ideal es tomar un baño de agua caliente, que puede ayudar a que nos quedemos dormidos y a mejorar la calidad del sueño. Esto mismo respaldó una revisión de más de 5.000 estudios liderada por un investigador del Departamento de Ingeniería Biomédica de la Universidad de Texas, Shahab Haghayegh, en el que habla de los beneficios de un baño caliente antes de meternos en la cama.

Dormirse más rápido y mejor

Un baño, o ducha, que no todos tenemos bañera y hay que recordar que hay un problema de sequía, permite cambiar la temperatura interna favoreciendo el descanso. Se trata de un baño con la temperatura del agua a unos 40 o 42º una hora y media antes de irnos a dormir, no tiene que ser inmediato.

Este simple gesto puede hacer que conciliemos el sueño hasta 10 minutos más rápido de lo habitual. Pero la pregunta es, ¿qué pasa en nuestro cuerpo para que podamos dormirnos antes?

Todo esto está ligado a los ritmos circadianos, claves en nuestro ciclo del sueño y también en la temperatura corporal, que suele subir unos grados al anochecer, antes de dormir, mientras que cuando dormimos baja.

¿Por qué con agua caliente?

Un baño caliente, al revés de lo que se puede pensar, hace que baje nuestra temperatura corporal, a la vez que la producción de melatonina crece y, por tanto, se nos induce el sueño. Es importante que se haga con agua caliente, ya que la fría, aunque nos refresque al momento, hace que el organismo entre en estado de alerta y suba la temperatura.

Así que sí, una ducha caliente, no ardiendo, tampoco hace falta que sea muy larga, puede hacer que en estas noches de verano en las que parece imposible conciliar el sueño, podamos dormir mejor y despertarnos mucho más descansados.