Las moscas son una de las familias de dípteros que mejor se adaptan a cualquier ambiente. De hecho, casi solo tienen un enemigo natural capaz de mantenerlas a raya: el frío. Y como de eso no hay mucho en estos meses, han proliferado. En realidad lo hacen cada verano. Por eso incluso hay estudios que investigan la 'tolerancia térmica' de las moscas de la especie Drosophila (la popular 'mosca de la fruta') ya que ocurre que compartimos el 75% de genes. Y aparentemente tenemos mucho que aprender de ellas.
Sin embargo, la convivencia con este tipo de dípteros no es sencilla. No solo revolotean a nuestro alrededor sino que se posan insistentemente sobre la piel, trayendo bacterias y produciendo una gran incomodidad. Además las moscas carecen del instinto natural de la huida ante el peligro, por lo que por mas que las intentes matar parecen volver siempre al mismo sitio atraídas por el calor de la piel y, aún mejor para ellas, nuestro sudor.
Las moscas, además, nos 'prueban' por las patas, y si encuentran en nuestra piel la grasa, el sudor o los residuos de comida o partículas que las alimentan, no se irán hasta saciarse.
Pero hace unos meses viene expandiéndose por España la mosca negra: una especie de apenas seis milímetros, hemotófoga (podríamos decir 'vampira' pero suena muy dramático, la cosa es que se alimenta de sangre) que aprovecha su boca en forma de sierra para morder y beber de nosotros. Lo hace también con otros animales, pero últimamente parece tener predilección por los humanos. Y su mordedura provoca una irritación dolorosa, que deja marcas que pueden durar varias semanas.
Otro de los aspectos más inquietantes de la mordedura de la mosca negra es que, a diferencia de las picadoras de los mosquitos, esta puede dejar un rastro de sangre en a piel. Además, se han reportado en zonas de Madrid que algunas personas han tenido que acudir a urgencias. Para evitar esta situaciones hay varios consejos: para empezar, evitarlas. Mal que nos pese, la mosca negra prolifera en zonas de ríos y embalses, por lo que no conviene acercarnos si hay alerta de plagas (es el caso de la Playa de Estremera, por ejemplo). Si ya has sufrido la picadura, que notarás por un dolor además del picor, en la zona, ponte frío de inmediato. No te rasques la herida porque puede infectarse fácilmente. Por último, no etsá demás aplicarse un antiséptico.