Llevar un estilo de vida activo es fundamental para poder disfrutar de un envejecimiento saludable. En los últimos años, diversas investigaciones han puesto que practicar ejercicio no solo ayuda a la salud física y mental, sino también a prevenir la aparición de diversas enfermedades relacionadas con el sedentarismo y a aumentar la esperanza de vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que estima que alrededor de cinco millones de muertes anuales podrían prevenirse si se hiciera más deporte, recomienda realizar, como mínimo, entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana o, en su defecto, entre 75 a 150 minutos de ejercicio aeróbico activo para poder disfrutar de una buena salud.
A medida que pasan los años, sin embargo, lo habitual es que cumplir con estos objetivos se vaya haciendo cada vez más complicado. Conforme nuestro cuerpo envejece, es normal que nuestra condición física empeore y que nos veamos afectados por molestias y dolencias que nos impidan alcanzar estas metas, especialmente cuando superamos la barrera de los 65 años.
Este hecho no significa que a partir de esta edad debamos dejar de practicar ejercicio. Al contrario, para poder disfrutar de un envejecimiento saludable y aumentar nuestra longevidad es importante que sigamos manteniendo un estilo de vida activo, pero siempre con unos objetivos acordes a nuestra edad y realizando ejercicios que no nos supongan ningún tipo de molestia.
En este sentido, desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos señalan que las personas mayores de 65 años pueden mejorar su salud y aumentar su esperanza de vida paseando a paso ligero durante 30 minutos al día durante cinco días de la semana. Ni más ni menos.
Según fuentes del centro de salud norteamericano, una de las cosas más importantes que podemos hacer por nuestra salud es practicar actividad física de manera regular, ya que el ejercicio puede prevenir y retrasar muchos de los problemas de salud que suelen surgir con el paso del tiempo. Además, la actividad física también ayuda a fortalecer los músculos, lo que ayudaría a mantener la independencia de los mayores, que podrían seguir realizando sus tareas cotidianas sin depender de terceros.
En concreto, desde este organismo señalan que los adultos mayores de 65 años solo necesitan unos 150 minutos de actividad física moderada para beneficiarse de las ventajas de llevar un estilo de vida activo. Es decir: bastaría con caminar a paso ligero media hora al día durante cinco días a la semana, aunque también se podrían dedicar 75 minutos a la semana a una actividad de intensidad vigorosa, como puede ser correr, para disfrutar de un estilo de vida activo.
Además de estas actividades, desde el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades también recomiendan realizar, al menos dos días a la semana, ejercicios que puedan fortalecer los músculos.
Cuanto más actividad física se realice, más beneficios se obtendrán. Aun así, desde el organismo recuerdan que “algo de actividad física es mejor que nada” y que lo importante es dejar atrás la vida sedentaria y comenzar a moverse.