Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Cindy Crawford... la cuarta en la lista solía ser Linda Evangelista. El impacto de las supermodelos de los 90 cambió para siempre el mundo de la moda y el propio estatus de las profesionales de la pasarela. Pero no por ella estas mujeres han dejado de experimentar, muchas veces en secreto, procesos físicos difíciles, incluida la enfermedad. es el caso de Evangelista, que esta misma semana revelaba que ha tenido cáncer dos veces en el lapso de cinco años.
Hasta hace nada, pensábamos que lo peor que le había pasado a Linda Evangelista en términos de salud era la "desfiguración" -según sus propias palabras- que le produjo una mala praxis en el procedimiento de criolipolisis (una de las intervenciones más de moda para reducir grasa) hace siete años. En ese momento, una de las modelos más célebres de los 90, habló de sentirse "permanentemente deforme", después de que el proceso surtiera el efecto contrario. Habían pasado cinco años de la intervención pero Evangelista no lo había contado hasta ese momento. "A mis seguidores, que se han preguntado por qué he estado sin trabajar mientras la carrera de mis compañeras prosperaba: la razón es que he sido brutalmente desfigurada por el procedimiento CoolSculpting de Zeltiq, que hizo lo opuesto a lo que había prometido”, aseguró.
Pues bien, ahora sabemos que la modelo también había pasado por un cáncer de mama muy agresivo, producto de lo cual hace cinco años se sometió a una doble mastectomía. En un duro testimonio publicado por el Wall Street Journal, Evangelista asegura que optó "por una mastectomía bilateral. Sentía que estaba bien y preparada para la vida. El cáncer de mama no me iba a matar", ha asegurado.
Es más, en uno de los momentos más crudos de la entrevista, cuenta cómo le pidió a los cirujanos que le hicieran un hueco en el pecho: "No quiero que se vea bonito - le dijo al galeno antes de entrar al quirófano- Quiero que excaves. Quiero ver un agujero en mi pecho cuando hayas terminado. ¿Me entiendes? No me voy a morir por esto", contó. Un relato, como el de la operación fallida para reducir grasa, que resulta aún más impactante cuando se trata de mujeres que, como ella, han vivido del aspecto de cuerpo.
Lo más significativo de sus recientes declaraciones es, sin embargo, el hecho de que tras estos años de lucha "el pronóstico es bueno, pero no excelente". De hecho, la ex modelo ha asegurado con valentía que es consciente que tiene "un pie en la tumba" pero que toda ella está más bien "en modo celebración". Sin duda un ejemplo de valor ante la adversidad.