Podemos padecer diabetes y ni siquiera imaginarlo. Más de uno de cada tres adultos estadounidenses tienen esta patología, pero el 90% no lo sabe. El Día Mundial de la Diabetes, que se celebra cada 14 de noviembre, es una buena oportunidad para indagar sobre algunos conceptos interesantes de esta enfermedad, muy relacionada con el estilo de vida y coadyuvante de otras patologías.
En España, según datos de la Sociedad Española de Diabetes, la prevalencia es del 14,8%. Afecta a uno de cada siete adultos y es la segunda tasa más alta de Europa. Lo significativo es que antes de desarrollar la diabetes hay señales prácticamente inadvertidas que dificultan el diagnóstico. A este periodo previo se le llama diabetes oculta o silenciosa y también prediabetes.
Prediabetes significa que los niveles de azúcar en la sangre son más altos de lo normal, aunque no lo suficiente para diagnosticar una diabetes tipo 2, el primer estadio de la enfermedad. En cualquier caso, sí suponen una señal de advertencia de que, si no se introducen cambios en el estilo de vida, se podría terminar siendo diabético. Por eso es tan importante saber cuáles son los factores de riesgo.
La prediabetes es una señal de que nuestras células no están respondiendo normalmente a la insulina, una hormona que permite que el azúcar proporcione energía. Cuando el cuerpo no puede producir o responder a la insulina, los niveles de azúcar en la sangre suben.
Hay ciertos factores que hacen más probable tener prediabetes. La edad y los genes son dos de ellos: los mayores de 45 años con padres o hermanos diabéticos hay más probabilidades. La etnia también es importante: los afroamericanos, hispanos o latinos, indios americanos y algunas personas asiático-americanas tienen un riesgo mayor de tener diabetes tipo 2.
El riesgo también aumenta si hay sobrepeso y no se realiza ningún tipo de actividad física. Intervenir en estos dos factores reduce considerablemente las posibilidades. Bajar de peso hasta un Índice de Masa Corporal (IMC) adecuado es una herramienta eficaz para reucir el riesgo de diabetes.
El profesional médico es quien debe diagnosticar la presencia de diabetes. Sin embargo, hay algunas señales que nos 'chivan' que algo en la manera en la que metabolizamos la insulina no está funcionando y que nos pueden indicar la presencia latente de la enfermedad: