La farmacéutica danesa Novo Nordisk es la empresa del momento. Sus adelgazantes, Ozempic y Wegovy, están causando sensación como medicamentos que fueron inicialmente concebidos para luchar contra la diabetes tipo 2 pero que se han convertido en el tratamiento más cotizado para perder peso, tanto que las ventas se han disparado en lo que llevamos de año un 36%. Como cada semana en 'MoneyTalks', Javier Ruiz nos cuenta la historia, las perspectivas y los riesgos de un negocio muy lucrativo.
Estamos ante un fenómeno económico que ha convertido a Novo Nordisk en la compañía más cara del planeta. No hay nadie con más capitalización bursátil. Su beneficio neto, en lo que llevamos de año asciende a unos 8.270 millones de euros. Y todo gracias a una sustancia, el Ozempic, que estaba pensado para la población con obesidad y azúcar en la sangre pero que al suprimir el apetito de quien se lo inyecta (una vez a la semana) se convierte en un milagroso adelgazante. Más allá de las complejas cuestiones sanitarias que implica, hoy es el medicamento más demandado del mundo, y la compañía espera que las ventas no hagan sino seguir creciendo.
El fenómeno sigue creciendo, auspiciado por los influencers. El primero en recomendarlo fue Elon Musk, que perdió 15 kilos, y a partir de ahí siguieron cientos de prescriptores vendiéndonos las bondades de Ozempic y Wegovy, este último un fármaco similar pero pensado solo para personas obesas, no para personas diabéticas. Su éxito también es fulminante. En estos primeros nueve meses del año se ha disparado un 481%, y ha alcanzado los 2.911 millones de euros.
En España se venden bajo receta médica para población con diabetes y obesidad, pero mucha gente lo está comprando directamente sin receta, tanta que ha llegado haber problemas de desabastecimiento. Y no es precisamente barato. 300 euros por una inyección semanal. Entre 800 y 1.200 euros al mes por adelgazar. El problema sanitario aquí es que no hay garantías médicas ni ninguna certeza, aunque los expertos consultados no han detectado por ahora efectos perniciosos. En cualquier caso, siempre es preferible que te recete tu endocrino a que te recete tu influencer.
La perspectiva es que este fenómeno sea comparable a lo que supuso la Viagra en los años 90, que convirtió en un gigante a Pfizer y todo el mundo se hacía con el fármaco incluso sin receta médica. Y eso por no hablar de los riesgos de comprar estos medicamentos en Internet, porque hay falsificaciones si ninguna garantía sanitaria y mucho riesgo en que no haya un seguimiento médico. Mucho cuidado con lo que se paga. Estamos hablando de un fármaco, una droga, no de un juguete.
Se prevé que el número de pacientes que tomen estos fármacos alcance los 24 millones de personas antes de 2035. Y si las farmacéuticas serán las grandes ganadoras de este negocio, las compañías de alimentación, las vendedoras de snacks, ciertas marcas de comida y los supermercados serán los grandes perdedores. Si quieres saber más sobre sobre el fenómeno de los adelgazantes milagro, puedes ver la charla completa con Javier Ruiz en el vídeo.