Muchas personas, especialmente a partir de los 50, tiene la sensación de que duerme peor que antes. Según arroja un estudio realizado por Samsung a los usuarios de su app de salud, no es una una sensación, sino una realidad: cada año dormimos menos tiempo y peor.
El estudio analiza un total de 716 millones de noches registradas a través de Samsung Health en todo el mundo y la primera conclusión es arrolladora: la cantidad y el bienestar del sueño de las personas está disminuyendo. En el caso de España, a duración del sueño ha disminuido de las 7 horas y 6 minutos a las 7 horas y 2 minutos. A nivel mundial, la duración media del sueño ha descendido de 7 horas y 3 minutos a 6 horas y 59 minutos, una cifra justo por debajo de las 7 horas mínimas recomendadas por los expertos.
Otro aspecto preocupante es el aumento del tiempo que denominamos vigilia, que provoca un descenso de la eficiencia del descanso y es un factor clave de la calidad del sueño, que se determina calculando la proporción entre el tiempo real que estamos dormidos y el tiempo total que pasamos en la cama cada noche. Es decir, que se duerme menos y de forma menos eficiente. Concretamente, en España, la denominada eficiencia del sueño ha pasado de estar en un 88,1% a un 87,6%. Esta cifra, sin embargo, sigue estando por encima del dato global, que se sitúa en el 87,5%.
Según datos de este estudio, también ha aumentado el tiempo que los usuarios se mantienen despiertos por la noche. Los españoles han pasado de los 48 a los 50 minutos, una tendencia muy parecida a la comparativa a nivel global, que ha pasado de los 48,8 minutos a los 50,1. Pero eso no es todo ya que el estudio también revela que nos acostamos más tarde y nos levantamos más temprano: la hora media para irse a la cama en España ha pasado de las 0:38 a las 0:41 y la hora de levantarse, de las 7:48 a las 7:46.
Este cambio de tendencia de un año a otro no es un patrón aislado, ya que se ha observado esta disminución de la duración y la eficiencia del sueño en todos los sexos, grupos de edad y regiones estudiadas. Sí es cierto que los grupos demográficos de mayor edad mostraron una mayor disminución de la eficiencia del sueño. En particular, los mayores de 70 años experimentaron un descenso casi dos veces superior al observado en las personas veinteañeras.
Otro punto clave que ha tenido en cuenta el estudio es el de la regularidad de los patrones de sueño, lo que también afectan a la calidad del descanso. El déficit de sueño, es decir, la falta del sueño que mide la diferencia entre la cantidad de sueño durante los días laborables en comparación con los fines de semana también contribuye negativamente a los problemas derivados del descanso. Lo que se conoce como 'deuda de sueño' es mayor entre los jóvenes, ya que los veinteañeros alcanzan casi el doble de falta de sueño que los septuagenarios: 49 minutos frente a 29 minutos, respectivamente.