La política francesa ha vuelto a saltar por los aires. Nada tiene que ver en este caso por las reformas de su gobierno, sino por las declaraciones de la diputada Caroline Janvier, que en palabras a la revista Paris Match contaba que entre los parlamentarios y los ministros franceses el consumo de drogas es una realidad. La política lo ha hecho poco después del escándalo que ha salpicado al senador Joël Guerriau tras ser detenido e imputado por presuntamente haber drogado a una amiga diputada con éxtasis. El senador admitió problemas personales que le habían hecho recurrir a las drogas.
“Hay veladas nocturnas en las que la droga circula. También cenas o sesiones parlamentarias finales en las que se da un consumo excesivo de alcohol”, ha señalado Janvier, miembro de la Asamblea Nacional, aunque sin querer generalizar, sino poner sobre la mesa la existencia de esta situación en la política de su país.
“Las prácticas adictivas también existen en los ministros. Tienen un nivel de presión inimaginable. Hablo con algunos de ellos y no les juzgo, sino que tengo empatía”, sostiene, afirmando que durante un tiempo, debido a la cantidad de actos sociales que copaban su agenda, ella también bebía y fumaba en exceso hasta que decidió parar.
También quiso puntualizar que las sesiones legislativas nocturnas, sumadas a un ritmo de vida estresante, son grandes culpables de este tipo de hábitos. “O llevas una excelente higiene de vida o debes tomar algo para resistir”, señaló. Además, otra parlamentaria, que prefiere mantener su anonimato, comentó a la misma publicación que sus compañeros masculinos le han llegado a proponer al salir de la Asamblea acudir a veladas nocturnas “etiquetadas como de sexo y drogas”.
Si un escándalo así saliese en España, ¿se podría investigar en el Congreso? Cuando hace unos años se hallaron en 11 de los 12 baños del Parlamento británico restos de cocaína y otros sustancias se abrió este debate en España que no era nuevo, en 2013 el diputado del PNV Emilio Olabarria dijo en el Congreso de los Diputados que “podría dar nombres de ministros que consumen droga”.
Tras lo ocurrido en Reino Unido fuentes del hemiciclo confirmaron a El Confidencial que se podría investigar en el Congreso de los Diputados si hay restos de drogas si alguien lo solicita a la Mesa o a la Secretaría General.
Algo así ocurrió en 2018 en el Senado, cuando el representante de Compromís, Carles Mulet, planteó hacer controles de droga, alcoholemia y de explosivos en los puntos de acceso a la Cámara Alta, petición que se tumbó y no salió adelante.