Pesadilla ruidosa en Navidad o cómo perder audición en las fiestas (si no sigues estos tips de expertos)
Redacción Uppers
Las Ramblas de Barcelona en plenas Navidades.Getty.
En España más de cinco millones de personas están expuestas durante el día, la tarde y la noche a niveles de ruido por encima de los umbrales permitidos por la UE
Según José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon, "El volumen generado por las aglomeraciones, los altavoces empleados para espectáculos de luces y sonido o el tráfico es demasiado alto y puede repercutir de manera notable en nuestra audición, sobre todo en la de los más pequeños"
La pérdida auditiva es acumulativa, progresiva y gradual y es necesario cuidar la audición desde las edades más tempranas
Las Navidades son una de las épocas del año en las que se genera mucho ruido: de tráfico y aglomeraciones en las calles, reuniones sociales, eventos en la calle como las cabalgatas o los parques temáticos…Todos estos ruidos pueden pueden dañar los oídos y causar una pérdida auditiva temporal o permanente, así como acúfenos o tinnitus.
Según datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente, en España más de cinco millones de personas están expuestas durante el día, la tarde y la noche a niveles de ruido por encima de los umbrales establecidos por esta entidad. Estos sonidos se incrementan de forma notable en Navidades, quizá una de las peores épocas del año para nuestro sistema auditivo. “Oímos muchas noticias de quejas de los vecinos de zonas en las que las fiestas se llevan a la calle de forma muy intensa, como en Vigo, Toledo o León, o en ciudades más grandes como Madrid, debido a que el volumen generado por las aglomeraciones, los altavoces empleados para espectáculos de luces y sonido o el tráfico es demasiado alto. Esto puede repercutir de manera notable en nuestra audición, sobre todo en la de los más pequeños, cuyo sistema auditivo está aún en desarrollo", explica José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon, empresa líder en el uso de audífonos.
La música alta, petardos y fuegos artificiales, el sonido de instrumentos como trompetas o bocinas y el bullicio de las conversaciones en las reuniones familiares, a los que se les suma en muchas casas el ruido generado por determinados juguetes, son algunos elementos que pueden poner en riesgo la salud auditiva.
Riesgos para nuestros sentidos
El ruido puede dañar las estructuras de la cóclea de forma progresiva y cuanto mayor es la exposición, mayor será el efecto causado. Además de pérdida auditiva, también puede provocar acúfenos o pérdida auditiva oculta, que es lo que se ve en las personas más jóvenes debido a la creciente exposición al ruido que llamamos recreativo, es decir, el generado en discotecas, conciertos o festivales, sobre todo.
Los especialistas recomiendan seguir una serie de consejos que ayuden protegerlos del exceso de ruido durante las fiestas navideñas:
Tener cuidado con los ruidos repentinos. Los ruidos generados por petardos o fuegos artificiales pueden causar en un plazo muy corto de tiempo, dependiendo del nivel de ruido, hipoacusia derivada del ruido en personas que tienen una audición normal, y agravar el problema en aquellas que ya sufren pérdida auditiva. Es conveniente emplear protectores auditivos cuando vayan a usarse este tipo de elementos explosivos ya que pueden alcanzar los 140 dB.
Reducir el volumen al máximo. Durante las reuniones familiares o aglomeraciones se genera mucho ruido por las conversaciones y gritos entre unos y otros. Entre los consejos más básicos están el evitar gritar y elevar la voz, así como reducir el volumen de televisores o reproductores de música.
Alejarse de las fuentes de sonido. Si se va a presenciar un espectáculo en el que hay música alta, trompetas, bocinas o silbatos, es conveniente permanecer alejados, en la medida de lo posible, de los altavoces o de los propios instrumentos. Esto es de especial importancia para los niños, ya que tienen un sistema auditivo más sensible al no estar desarrollado por completo, con los que también debemos tener cuidado a la hora de ofrecer juguetes con sonidos. En caso de que no sea factible, es preferible utilizar protectores.
Reducir el tiempo de exposición. El tiempo de exposición al ruido es clave para producir daño en el oído. Si el ruido sobrepasa los 85-95 dB y el tiempo de exposición es superior a quince minutos, puede ser perjudicial. Este es un dato a tener en cuenta, principalmente, en el uso de reproductores de música individuales o de juguetes. La pérdida auditiva es acumulativa, progresiva y gradual y es necesario cuidar la audición desde las edades más tempranas. Por eso, también es recomendable hacer descansos breves alejándose de fuertes de sonido, pues ayuda a las células ciliadas a recuperarse de la fatiga causada por la exposición y así reducir el riesgo de pérdida auditiva.
Evitar la producción de ruido. Cada persona produce a diario gran cantidad de ruido de manera innecesaria. Ante todo, se debe respetar el silencio de los demás, por lo que es una labor de todos el contribuir a reducir el ruido causante de la contaminación acústica: reducir la velocidad del tráfico, emplear electrodomésticos silenciosos, limitar el ruido en las horas de descanso o hablar sin gritar.
Acudir a un especialista en caso de problemas persistentes. En caso de que el daño auditivo sea persistente y no desaparezca una vez evitada la exposición al ruido, será necesario ser revisado por un profesional de la audición para valorar una posible pérdida auditiva.