El mayor pico de gripe desde 2005, ¿qué está pasando con el virus?

  • Los casos se han disparado hasta en un 75% en estas últimas dos semanas

  • Los hospitales y centros de asistencia sanitaria están llenos de pacientes con síntomas de diversa severidad

  • Las bajas laborales producto de la gripe también se han multiplicado al comienzo de año

En realidad no es algo nuevo. Las fiestas, y los procesos de socialización naturales hacen que se incremente la circulación de virus. Particularmente en los grandes conglomerados urbanos. Pero lo cierto es que un incremento en los casos de gripe como el que vivimos no se vivía desde hace casi dos décadas.

En solo la última semana del año, los ingresos en los hospitales aumentaron en un 60%. Parte del problema, al parecer, es que a pesar de los esfuerzos institucionales, la vacunación contra la gripe está siendo inferior a lo previsto. Por si fuera poco, la festividades de Reyes, cabalgata incluida, garantizan también un nuevo pico de contagios. La llegada de la posible primera ola de frío esta semana del invierno este fin de semana, también.

No se trata de entrar en alarmismos, según el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA) del Instituto de Salud Carlos III, la gripe se mantiene al alza en las consultas de Atención Primaria en todos los grupos de edad mientras que la tasa de hospitalización en la semana 52 (del 25 al 31 de diciembre) es de 9,5 casos por 100.000 habitantes, es decir solo 3,6 puntos más que la semana anterior, aunque viene subiendo desde finales de octubre. Los niños sigue siendo, por otro lado, la población más vulnerable.

En lo que se refiere a las comunidades autónomas, la tasa global de infección respiratoria aguda más elevada se da en Castilla-La Mancha (1.709,7 casos por cien mil), seguida de la Comunidad Valenciana (1.501,4), Asturias (1.318,6), Canarias (1.285,3), Melilla (1.271,4), Castilla y León (1.209,9), Aragón (1.195,2) y Navarra (1.082,4).

Previsiones

Si algo bueno dejó la pandemia, fue que nos enseñó a tomar medidas mínimas de protección que podemos repetir en este caso. Salvando las enormes distancias con lo que vivimos en 2020, la epidemia de gripe puede moderarse siguiendo algunas conductas de cuidado. Por ejemplo, evitar en lo medida de lo posible las aglomeraciones. Asegurar que los miembros de la familia mayores de 60 años o con enfermedades de riesgo, acudan a vacunarse. Y, aunque suene a retroceso, no desestimar el uso de mascarillas en lugares públicos sobre todo si se tienen síntomas.

Otro asunto que nos reveló la pandemia, y que vuelve a visibilizarse en esta crisis, es la necesidad de aumentar el personal en la atención primaria y los hospitales públicos. Una lección que a estas alturas ya deberíamos haber aprendido.