¿Por qué afecta tanto cenar tarde?

Es por todos de sobra conocido que en España manejamos unos horarios distintos al del resto de países. Una diferencia de agenda con el mundo que, aunque no está presente durante el desayuno, sí comienza a ser evidente durante el medio día y termina de retrasar la comida y la cena. Sin embargo y según indican los expertos, a partir de los 50 años es importante que esos últimos alimentos que ingerimos en el día lo hagan en el momento adecuado para evitar así la aparición de problemas en el metabolismo.

Cenar tarde es perjudicial para tu salud

Según la doctora Isabel Belaustegui, durante las últimas horas de la noche “cambia la respuesta de la insulina al alimento, lo que favorece la acumulación de grasa y aumento de peso”. Aunque tengas una rutina de ejercicios diario, no experimentarás cambios en tu cuerpo por esta razón.

La solución es tan simple como ajustar la hora de la cena, que en España se sitúa de media entre las 21:30 y las 22:30 horas debido a las jornadas laborales partidas. Sin embargo, en el resto de países de Europa la cena se da a partir de las 16h, como ocurre en el caso de Noruega, o a las 20h en Italia, convirtiéndose en el segundo país vecino con horarios tardíos después del nuestro. Esto supone una dificultad para conciliar el sueño reparador, esencial para la salud física y mental.

Además, según la investigadora de ISGlobal, Anna Palomar-Cros, regular los ritmos circadianos con “una primera comida antes de las 8 de la mañana y una última antes de las 7 de la tarde podría ayudar a reducir la incidencia de la diabetes de tipo 2, presente en la mitad de la población por una variante genética”.

Es por todo ello que los expertos están de acuerdo en que la mejor hora para cenar serían las 18 horas de la tarde. Sin embargo, teniendo en cuenta las costumbres españolas, podría retrasarse hasta las 20 horas, lo que conseguiría una serie de beneficios.

Digestión menos pesada

Cuando el sol cae, el cuerpo comienza a prepararse para entrar en reposo y le cuesta metabolizar más los alimentos que durante el resto del día. Por ello, es importante cenar dos horas antes de acostarse para poder absorber de forma óptima los alimentos.  

Previene el insomnio

Al ir a la cama sintiéndose ligero, el organismo está enfocado en la reparación celular y no en la digestión, lo que provocará como consecuencia un sueño de calidad.

Beneficios para el metabolismo

Al cenar pronto, disminuye el riesgo de elevar el azúcar que metabolizan los órganos importantes que por la noche entran en descanso. Además, al estar quieto y en posición horizontal, existe mayor probabilidad de sufrir reflujo y acidez que causan irritación en el estómago y la garganta. Mientras dormimos, los músculos y las células se reparan, los órganos vitales se limpian y el corazón y el cerebro descansan, funciones que deben encontrar el ambiente apropiado para poder ser llevadas a cabo.

Ayuda a perder peso

Es recomendable que la última comida de tu día sea de dos a tres horas antes de entrar en la cama para que el organismo pueda digerir bien los alimentos y no engordar. También se recomienda realizar un ayuno de 12 horas entre la cena el desayuno consumir menos calorías y perder más grasa corporal.