Son muchos los síntomas asociados a la menopausia, desde a una peor calidad del sueño hasta los cambios hormonales que llevan a que la piel empeore o a que cambien la disposición de la grasa corporal. Sin embargo, la alopecia no estaba entre ellos, aunque sea evidente que, conforme pasan los años, la densidad capilar sea menor, incluso en la zona de las cejas. Si, además, esa zona se ha sometido a una depilación frecuente, es posible que en la menopausia apenas tengas vello y haya que recurrir a difentes técnicas de relleno. La causa es la alopecia cicatricial, y, en concreto, una variedad cada vez más común.
La alopecia frontal fibrosante se trata de un tipo de caída capilar cuya incidencia ha aumentado progresivamente en los últimos años, convirtiéndose en la actualidad en una forma de alopecia cicatricial cada vez más frecuente entre la población femenina, sobre todo en la etapa de la menopausia; aunque cada vez se diagnostican más casos entre varones y entre mujeres pre-menopáusicas.
Este tipo de caída, además, es de origen multifactorial, con un 8% de los pacientes que la sufren por antecedentes familiares, sumado al factor hormonal que se encuentra presente en muchos casos, ya que es frecuente que este tipo de alopecia también se asocie, en muchos casos, a trastornos de la glándula tiroides, en especial al hipotiroidismo.
Este tipo de alopecia también está relacionada con el sistema inmunológico. "La alopecia frontal fibrosante es la alopecia cicatricial más frecuente entre la población general, ubicándose dentro de un grupo de alopecias denominadas cicatriciales primarias y, a su vez, en el subgrupo catalogado como linfocíticas, ya que las células que son responsables de producir esta patología son los linfocitos del propio organismo. Esta patología capilar tiene un doble mecanismo autoinmune y hormonal, y afecta a pacientes susceptibles genéticamente, implicando que el propio organismo ataque al pelo provocando una inflamación que, si no se detiene, termina por destruir el folículo piloso”, explica el doctor Antonio Leone, de la clínica Hospital Capilar.
Ligada a factores genéticos, ambientales, hormonales y autoinmunes, se caracteriza, principalmente, por la retracción de la línea frontotemporal del pelo, con un cabello que nace cada vez más atrás, aunque también puede producirse una pérdida de cabello en la zona de las cejas hasta en el 75% de los casos, así como de la nuca y, en un 25% de los pacientes, del vello corporal, sumado a la pérdida de barba y del bigote en el caso de los hombres.
Aunque generalmente la alopecia frontal fibrosante suele ser asintomática, en muchas ocasiones suele generar dolor en el área donde aparece el tejido cicatricial. "Además, los pacientes pueden experimentar otros síntomas como el enrojecimiento del cuero cabelludo, lesiones en las sienes formando una especie de relieve o una marcación de los vasos sanguíneos centrales de la frente", destaca el doctor Antonio Leone.
Esta patología suele ser lenta y progresiva, por lo que en la mayoría de los casos no suele percibirse una caída excesiva del pelo; aunque la progresión de esta alopecia suele ser rápida. Sin embargo, el avance de la alopecia frontal fibrosante puede parar de forma espontánea, lo que suele ocurrir tras varios años de actividad de la enfermedad, dejando importantes secuelas estéticas si no se ha realizado previamente un tratamiento adecuado.
Este tipo de alopecia no es reversible y no existe en la actualidad una cura definitiva para ella. Sin embargo, un diagnóstico precoz será fundamental para poder estabilizarla y evitar así su progresión. “Los tratamientos recomendados en estos casos dependerán del grado de la alopecia, de la rapidez de su avance y de las circunstancias individuales del paciente. No obstante, lo ideal será recurrir a tratamientos médicos, normalmente a base de corticoides tópicos u orales, inhibidores de la 5 alfa reductasa, inmunosupresores y otros sistemas cosméticos para enmascarar la evolución de la alopecia como los sistemas FAS, que son sistemas de pelo natural que se adhieren de forma fija a la piel del cuero cabelludo”, detalla el especialista de Hospital Capilar.
Por otro lado, los expertos aconsejan seguir una dieta equilibrada en el día a día, ya que la alimentación jugará un papel decisivo a la hora de mantener en perfecto estado la salud de nuestro cabelludo gracias al óptimo aporte de vitaminas, nutrientes y minerales.