Más de un millón y medio de personas en España sufren diabetes y no lo saben. El dato, ofrecido por la Federación Española de Diabetes, se antoja aún más preocupante si miramos hacia delante, ya que se cree que esta cifra aumentará un 20% en 2030.
Sin embargo, este dato bien podría revertirse con un poco de educación, conocimiento de la enfermedad y ciertos chequeos. Así lo considera el Doctor Franz Martín Bermudo, toda una eminencia en el estudio de la diabetes que acaba de publicar ‘Vivir con diabetes’ (Vergara).
Él tiene muy claro que la enfermedad se puede evitar si se detecta a tiempo. “La diabetes tipo 2, que es la más habitual en adultos, no es una enfermedad que se manifieste de la noche a la mañana, sino que aparece progresivamente y no duele pero puede llegar a generar problemas muy serios de salud”, explica.
Por eso, el doctor Martín apuesta por controles desde cierta edad: “Es una enfermedad prevenible y manejable con un estilo de vida saludable y educación adecuada sobre la enfermedad. El 70% de los casos de esa enfermedad, si tú actúas a tiempo antes de que ya tengas la enfermedad instaurada, simplemente no se desarrolla. Por eso es interesante hacerse analíticas que muestren el azúcar en sangre”.
Estos controles deberían ser más frecuentes aún “en personas que hacen poco ejercicio, ganan peso, llevan una vida sedentaria, comen mal y consumen alcohol”. Digamos que esas costumbres te están llevando a comprar todas las papeletas para llegar a los 50 con riesgo de diabetes.
“Una analítica de sangre es el único síntoma que puede indicar que algo va mal, ya que la diabetes tipo 2 es difícil de detectar por síntomas concretos. La mayoría de las personas son diagnosticadas por complicaciones como un infarto, una angina de pecho, un ictus o por un análisis de sangre que muestra valores altos de azúcar después de mucho tiempo”, desgrana el doctor.
Estos análisis pueden mostrar que una persona tiene tendencia a que le suba el azúcar, pero eso no significa que vaya a desarrollar una diabetes. “Si llevas una vida ordenada, podrías evitar que los niveles sigan subiendo. La genética puede hacer que desarrolles la enfermedad más tarde, pero ganarás calidad de vida en esos años. Es una enfermedad prevenible cuidándose adecuadamente”, apunta el doctor Martín.
En efecto, la genética en este caso tiene mucho que decir, pero no la última palabra. “La diabetes se debe a dos factores: un componente genético (tener familiares directos con diabetes tipo 2) y un estilo de vida incorrecto (consumo excesivo de azúcares, alimentos ultraprocesados, grasas, alcohol y sedentarismo). En cualquier caso, la genética puede influir, pero no necesariamente se impondrá si se mantienen hábitos saludables”.
Pero vayamos más allá. Hemos cumplido 50, no nos hemos hecho los pertinentes controles años atrás y nos han diagnosticado diabetes. ¡No se acaba el mundo! De hecho, tal y como nos indica el propio doctor: “Es posible llevar una vida saludable y vivir muy bien”.
Cierto es que tenemos que cumplir con una serie de pautas: “Los médicos podemos hacer poco si el paciente no se quiere cuidar. Cuesta más convencer a algunos pacientes de que hagan ejercicio que de que tomen las pastillas”, nos comenta.
Algo fundamental para vivir bien con diabetes es la información para controlar de primera mano la enfermedad: “Los médicos pueden recetar medicación y dar pautas, pero el paciente debe controlar sus valores de glucosa en sangre y cambiar su estilo de vida. Es importante educarse, conocer la enfermedad y aprender a manejarla. Los médicos actuamos como educadores, proporcionando información y recursos fiables para que los pacientes puedan autogestionarse adecuadamente”.
Pues nada más y nada menos que a procurar tener un día a día saludable. “Comer bien, perder peso, evitar el alcohol y el tabaco, y hacer ejercicio físico regularmente son claves, aunque también lo son el sueño y el descanso así como mantener una vida ordenada y organizada”, explica el doctor Martín.
Esto no quiere decir que tengamos que llevar un estilo de vida monacal sino que, con educación y conocimiento tanto de la enfermedad como de nuestro propio cuerpo, podremos manejar la enfermedad y hacerla muy llevadera.
De hecho, podemos tomarnos una cerveza de vez en cuando o una tarta si salimos a comer fuera. “Lo que debemos saber es qué pasa en nuestro cuerpo cuando tomamos esa cerveza o esa tarta para poder compensarlo con menos carbohidratos o con más ejercicio”, puntualiza el doctor.
Eso sí, no todo el campo es orégano: “Por ejemplo, una persona con diabetes tipo 2 que se va de fiesta y consume alcohol en exceso tiene una alta probabilidad de sufrir una hipoglucemia. Esto se debe a que el hígado, al estar ocupado metabolizando el alcohol, no produce glucosa adecuadamente, lo que puede resultar en una hipoglucemia severa. Así pues, es crucial que los pacientes con diabetes tipo 2 eviten el consumo excesivo de alcohol y monitoreen su glucosa hasta seis horas después de haber bebido”.
Otro factor que puede influir en las alteraciones de glucosa es el estrés, al que hay que mantener a raya. “El estrés provoca la liberación de hormonas y neurotransmisores que movilizan la glucosa almacenada en el hígado y los músculos para proporcionar energía rápida. Sin embargo, en una persona con diabetes, estos mecanismos de contrarregulación no funcionan tan eficientemente, lo que puede causar hiperglucemia”, analiza Franz Martín.
Quizá por todo ello hay quien se resiste a aceptar la realidad, pese a que no sea tan dramática como podría parecer. “Un desafío común en los pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2 es la resistencia a cambiar su estilo de vida y la adherencia a la medicación a largo plazo. Muchos pacientes niegan su condición, refiriéndose a ella como tener "el azúcar un poco alto" en lugar de aceptar que tienen diabetes. Esta negación puede retrasar el tratamiento y agravar la enfermedad”, nos comenta el doctor.
Así pues, y a modo de conclusión y resumen, el doctor Franz Martín nos expone una serie de consejos tanto para prevenir la diabetes como para vivir con ella sin ningún tipo de problema. Para lo primero, “controles frecuentes y, en caso de haber cogido peso y llevar un estilo de vida sedentario, cambiarlo y bajar esos kilos de más”.
Si ya no hay vuelta atrás y hemos desarrollado la enfermedad: “Tomar la medicación prescrita, medir frecuentemente los niveles de glucosa en sangre, mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente, llevar una vida ordenada e informarse sobre la enfermedad”.